Túnel de Montefurado
Un equipo de la USAL analiza el túnel romano de Montefurado para frenar derrumbes y evaluar su estabilidad
Proyecto conjunto con la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y la Universidade da Coruña, dotado con 153.473 euros, para estudiar el comportamiento geológico y geotécnico del macizo y proteger este enclave patrimonial entre Lugo y Orense.
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El Grupo de Transferencia de Conocimiento G-TEKTON, del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca, participa en un proyecto multidisciplinar que analiza las características geológicas y geotécnicas del túnel de Montefurado, uno de los vestigios más valiosos de la minería romana del noroeste peninsular, situado entre las provincias de Lugo y Orense.
El túnel de Montefurado es una obra de ingeniería datada entre los siglos I y II. Su excavación permitió desviar el cauce natural del río Sil para fines mineros, obligando al río a atravesar una singular estructura rocosa. Este enclave constituye hoy un elemento patrimonial de primer orden en la península ibérica por su valor histórico, geológico e hidráulico.
La iniciativa parte de la Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, interesada en comprender las dinámicas hidráulicas y geológicas que afectan al túnel.
Investigación de la USAL
El organismo ha impulsado el proyecto interdisciplinar titulado 'Estudio de características geológico-geotécnicas del macizo en el que se encuentra el túnel de Montefurado'.
El proyecto cuenta con un presupuesto de 153.473,44 euros y se desarrolla mediante un convenio de colaboración entre la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, la Universidade da Coruña y la Universidad de Salamanca. Cada institución asume una parte específica del estudio, con un enfoque coordinado y complementario.
La Universidade da Coruña es responsable del análisis hidráulico del túnel y del meandro próximo del río Sil. La Universidad de Salamanca asume el estudio geológico y el análisis geotécnico, centrados en evaluar la estabilidad de la excavación y el comportamiento del macizo rocoso que la alberga.
El objetivo principal es garantizar la estabilidad y preservación del túnel, "así como ampliar el conocimiento geológico y geotécnico de esta singular excavación a la que se le atribuye un origen romano", explica José Nespereira, investigador principal del proyecto y miembro de G-TEKTON. El túnel se localiza en el municipio de Quiroga, en la provincia de Lugo.
Montefurado ha sufrido diversos derrumbes a lo largo de las últimas décadas, generalmente asociados a episodios de lluvias intensas. En estas situaciones se produce "un aumento del caudal del río, que, al colmatar la capacidad de desagüe del túnel, lo inunda en toda su sección y, ocasionalmente, lo hace entrar en carga", subraya el geólogo.
Este comportamiento hidráulico, unido a un contexto geológico complejo y con malas propiedades geomecánicas, ha provocado una reducción significativa de la longitud del túnel. La estructura ha pasado de 150 a 54 metros, lo que supone una pérdida patrimonial evidente y un riesgo creciente de nuevos colapsos.
Además del deterioro histórico, los investigadores advierten de posibles afecciones a infraestructuras cercanas. "Existe el riesgo de que su incidencia pudiera también impactar negativamente en importantes infraestructuras próximas", como la carretera nacional N-120 o las presas de Montefurado y San Martiño, ambas catalogadas como de Gran Presa.
En el proyecto participan once profesores del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca, que aplican una metodología claramente multidisciplinar. La primera campaña de campo, realizada semanas atrás, se centró en el estudio estructural de los afloramientos rocosos del entorno inmediato del túnel.
A la izquierda: el profesor de la USAL e investigador principal del proyecto de investigación, José Nespereira; a la derecha: miembros integrantes del equipo de trabajo en el proyecto de la USAL.
Durante esta fase se tomaron muestras con un doble objetivo. Por un lado, analizar la microestructura de la roca y, por otro, determinar la mineralogía que recubre las superficies de las discontinuidades, consideradas las zonas más débiles del macizo rocoso que condicionan su estabilidad.
El equipo ha elaborado también una topografía de detalle mediante vuelos fotogramétricos con dron, tecnología LIDAR y sistemas GPS-RTK. "De este modo se podrá construir un gemelo digital completo del túnel de Montefurado", señala el investigador de la Universidad de Salamanca.
En los próximos meses se aplicarán técnicas de tomografía eléctrica que permitirán conocer la evolución de las fracturas del macizo en profundidad. Estas técnicas se complementarán con la perforación de un sondeo geotécnico que aportará información directa del interior de la roca.
El sondeo permitirá obtener muestras de calidad que serán ensayadas en el Laboratorio de Mecánica de Rocas de la Universidad de Salamanca. También hará posible la realización de ensayos in situ dentro del propio macizo, pruebas de especial valor al ejecutarse con la roca en su emplazamiento natural.
Todos los datos obtenidos se integrarán en la fase final del proyecto. El objetivo es desarrollar "un modelo geotécnico que simule el estado tensodeformacional del túnel", a partir del cual se podrá evaluar su grado de estabilidad en las condiciones actuales y en distintos escenarios futuros.
Con esta actuación, la Universidad de Salamanca refuerza su compromiso con la investigación aplicada y con la conservación del patrimonio geológico e histórico.
El proyecto contribuye de forma directa al conocimiento y a la preservación de uno de los enclaves más singulares de la ingeniería hidráulico-minera romana en el noroeste de la península ibérica.
Desde G-TEKTON destacan que "se trata de un ejemplo inmejorable para poner en valor que una investigación básica como es el conocimiento de la estructura interna de la Tierra, más pronto que tarde termina por convertirse en una investigación aplicada". Los investigadores subrayan su utilidad social y preventiva.
Los conocimientos obtenidos "son fundamentales para abordar una actuación con la que poder conservar el patrimonio y prevenir a la sociedad ante potenciales riesgos geológicos", concluyen desde el grupo de investigación de la Universidad de Salamanca.
El Grupo de Transferencia de Conocimiento G-TEKTON tiene como objetivo dar respuesta a problemas de consultoría avanzada en el ámbito de las geociencias.
Su actividad se centra en la geología aplicada a los riesgos geológicos, los recursos naturales y los geomateriales, con una clara vocación de transferencia de conocimiento.
El proyecto se ejecuta gracias al convenio firmado entre la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, la Universidade da Coruña y la Universidad de Salamanca.
El equipo de la USAL está integrado por Mª Puy Ayarza, Santos Barrios, José Francisco Charfolé, Javier Elez, Irene de Felipe, Juan Gómez, Serafín Monterrubio, Juan Morales, José Nespereira, Yolanda Sánchez, Mercedes Suárez y Mariano Yenes.