TSJCyL ha condenado a un hombre de León a tres años de cárcel por un delito de lesiones y un delito de tenencia ilícita de armas, tras desestimar el recurso de apelación interpuesto por el acusando, confirmando así la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de León el 29 de noviembre de 2022. 

Los hechos ocurrieron en la tarde del 7 de noviembre de 2019, cuando un hombre fue sorprendido por un vecino con el que mantenía una mala relación cuando este dirigía a sus vacas por un camino de la provincia de León. 

Dicho vecino apareció en el lugar en un coche, llegando a ponerse a su altura para empezar una discusión, esta vez provocada por las vacas. La bronca fue subiendo de tono hasta que, en un momento dado, el conductor del coche sacó de debajo de uno de los asientos del vehículo una pistola de aire comprimido con la que, aunque llegó a disparar hasta en cinco ocasiones al dueño de las vacas, no logró impactarle.

Este, tratando de evitar algún impacto de bala, echó a correr huyendo del lugar. Sin embargo, este otro se subió a su vehículo hasta volverse a encontrar con él, momento en el que se volvió a bajar del coche para insultarle y dispararle con una pistola diferente a la anterior, a tan solo metro y medio de distancia y dándole en el antebrazo izquierdo. 

Fue entonces cuando el herido cogió un palo y golpeó la mano del contrario, logrando que este perdiese la pistola, a lo que el agresor reaccionó metiéndose en el coche en busca de la huída. Lo consiguió, pero después de que el dueño de las vacas lograse sujetarle, tirarle de la cabeza hacia atrás y engancharle por los ojos llegando a producirle un pequeño desgarro en el ojo izquierdo. 

Según consta en la sentencia del TSJCyL, como consecuencia de estos hechos, el conductor del coche sufrió contusiones en la cabeza y en la espalda, además de laceraciones conjuntivales con hiposfagma en el ojo izquierdo, que no requirieron tratamiento médico posterior a una primera asistencia facultativa y que se curaron en 12 días, mientras que el ganadero sufrió lesiones consistentes por el disparo, que precisaron de un tratamiento médico-quirúrgico que consistió en la extracción del proyectil bajo anestesia local y curas posteriores. Se tardó en curar 30 días, quedándole como secuela una cicatriz de cinco centímetros. 

Por ello, mientras el ganadero ha quedado absuelto al considerar que todos los actos ejecutados fueron en legítima defensa, el del coche ha sido condenado a tres años de prisión por un delito de lesiones y otro de tenencia ilícita de armas, a la prohibición de acercarse a menos de 200 metros al ganadero y a comunicarse con él a través de cualquier medio durante tres años, a indemnizar al dueño de las vacas con 4.521,15 euros, y a pagar al Sacyl 1.253,40 euros, derivados de los gastos generados en la curación del ganadero. 

Sin embargo, sí ha quedado absuelto del delito de homicidio en grado de tentativa del que le acusó el herido de bala.