Los graves disturbios registrados anoche en la ciudad de León protagonizados por varios grupos de jóvenes que degeneraron en enfrentamientos con la policía y cuantiosos daños en el mobiliario urbano, merecen hoy la condena de las autoridades públicas en la ciudad. El primero en condenar los hechos ha sido Juan Martínez Majo, delegado territorial de la Junta en León, quien no ha dudado en afirmar: "¡No, no, no! Rotundamente no a la violencia de esta noche en León, así no se defiende la libertad", para apostillar que "el covid es nuestro enemigo, la vida de las personas es responsabilidad de todos. Necesitamos unidad y solidaridad frente a esta pandemia".

A primera hora de la mañana se pronunciaba el alcalde de la ciudad, José Antonio Diez, para quien "nada, absolutamente nada justifica los graves incidentes de ayer en León con importantes daños económicos en bienes privados y públicos. La más enérgica condena y el rechazo total a esta violencia".

Los incidentes comenzaban cuando grupos de jóvenes se concentraban a en la noche de ayer por diversas calles del centro de León para protestar contra el toque de queda, como ya ocurriera a lo largo del fin de semana en varias ciudades españolas, entre ellas en Burgos, donde la movilización se saldó con dos detenidos, uno de ellos menor de edad; un policía herido, por el impacto de una piedra en una pierna, y con diversos daños en el mobiliario urbano, así como desperfectos en algunos comercios del barrio de Gamonal. 

La convocatoria, que no secundaba ningún grupo, se hizo por redes sociales. Pequeños grupos dispersos se desplazan desde la calle Ancha a la plaza de la Catedral, donde se han desplegado varias unidades del Cuerpo Nacional de Policía, mientras los violentos se dirigían hacia la plaza Botines, punto de partida, y donde arrojaron bengalas de luz.