Los cazadores de Castilla y León se denominan como "claves" en la lucha contra los incendios forestales, después de la presentación del 'Informe de Impacto Socioeconómico de la caza en España' elaborado por Deloitte para la Fundación Artemisan, según ha explicado la Federación regional a través de un comunicado. 

En este sentido, ponen de manifiesto que el sector invierte cada año "54 millones de euros en mantenimiento y adecuación de accesos, podas, pantanos, cortafuegos, mejora del monte y cortaderos, entre otros", según la página 68 del informe y que "previenen los incendios", según subrayan en el escrito.

Además, añaden que el papel de la caza en la lucha contra el fuego "va mucho más allá" de dicha inversión, concentrándose también en la "vigilancia". Aseguran que los guardas de coto que hay en España y los propios cazadores se convierten en "agentes activos de prevención y en un primer foco de alerta", ya que realizan "comunicaciones inmediatas a las autoridades" cuando hay un inicio de un incendio forestal o cualquier "mala praxis que pueda aumentar el riesgo de que se propague el fuego".

Aclaran que "no es una casualidad" que las grandes zonas de caza mayor, como son Sierra Morena, Montes de Toledo o Serranía de Cadiz, sean "históricamente espacios con pocos incendios forestales". También ponen de relieve el papel de las especies cinegéticas, en especial las de caza mayor, que se convierten en "auténticas máquinas desbrozadoras".

También recalcan el trabajo de los cazadores una vez el fuego aparece, donde desempeñan un "apoyo" tanto en los trabajos de extinción "cuando es necesario" como en la "renovación de los puntos de agua y comida", a la vez que "distribuyen alimento para facilitar la recuperación de la población animal afectada".

Para ello, ponen de ejemplo el incendio forestal de la Sierra de la Culebra, en Zamora, donde la Federación de Caza de Castilla y León aportó "varios camiones de forraje de avena para la fauna en las zonas afectadas".