La incorporación de la mujer a puestos de responsabilidad avanza en Castilla y León aunque todavía queda camino por recorrer para alcanzar la paridad. Un análisis de las ocupaciones en la Comunidad autónoma en la Encuesta de Población Activa (EPA), con motivo del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo, revela que el año pasado 11.300 féminas ejercían cargos de dirección o gerencia en sus trabajos, cuando un quinquenio antes eran 9.300, es decir, en 2022 asumían estos puestos de responsabilidad 2.000 mujeres más que en 2017. Estos datos suponen que las ocupadas en empleos de dirección o gerencia aumentaron un 21,5 por ciento en el lustro de estudio, cuando, los varones en estos puestos mermaron un 13,8 por ciento.

En términos porcentuales sobre el total de directores y gerentes el año pasado (33.600) las mujeres representaban uno de cada tres puestos, mientras que hace un lustro (35.400) tenían un peso del 26,3 por ciento. En el caso de los hombres, hace cinco años había 26.000 en cargos de dirección o gerencia, el 73,4 por ciento; mientras que en 2022, había 22.400, con un peso del 66,6 por ciento.

La vicepresidente de CEOE en Castilla y León, Ángela de Miguel, destacó a Ical, el incremento “importante” de incorporación de la mujer a puestos directivos o de gerencia en los últimos cinco años, y recordó que esos relevos se producen cuando hay vacantes en las empresas. En este sentido, incidió en que se está haciendo “con bastante rapidez”, ya que hace un lustro las mujeres ocupaban uno de cada cuatro puestos directivos y ahora, uno de cada tres.

De Miguel insistió en que “estamos en el 33 por ciento, el Ibex en el 36 por ciento, y se considera paridad cerca del 40 por ciento, por lo que estamos muy cerca” y repitió que hay que tener en cuenta que el cambio se produce cuando hay procesos de selección, que van “poco a poco”. Aseveró que las empresas saben y así se ha constatado en todos los estudios, que los equipos donde hay “diversidad” mejoran la cuenta de resultados de la empresa, hasta en un 20 por ciento, el clima laboral, la reputación y la retención de talento.

Ángela de Miguel defendió que las empresas de Castilla y León y las españolas han acometido un “esfuerzo muy importante” en los últimos años “en todo lo que tiene que ver con la igualdad” y remarcó que en comparativas internacionales, en indicadores de igualdad como techos de cristal o incorporación de la mujer al trabajo, “estamos entre los cinco primeros puestos”.

En este sentido, también explicó que a nivel social, España en otros ranking internacionales se encuentra por debajo del puesto décimo, “lo que significa que las empresas tienen un compromiso muy serio con la igualdad de las mujeres”. “Seguimos trabajando y cada vez con mejores datos”, resumió, y para explicar que van adelantados a la sociedad, que “debería acompasada”.

La vicepresidente de CEOE en la Comunidad defendió que las empresas están preocupadas por la igualdad real y reconoció que en materia salarial existe un problema importante, que es la falta de féminas formadas en carreras STEM, FP u oficios, profesiones tecnológicas que generan más valor añadido, y en las que se puede pagar más. En este sentido, apeló a trabajar y orientar a las mujeres para que escojan esa formación desde edades muy tempranas, y vean esas ocupaciones como algo atractivo. “Estamos deseando contratar pero no hay perfiles profesionales con esas características y así es muy complicado que se pueda reducir la brecha”, concluyó.

Las ocupaciones por género

El informe recogido por Ical, pone de relieve una clara diferenciación de genero en el mercado laboral, entre los puestos a los que acceden más las mujeres frente a los hombres y viceversa.

En concreto, las mujeres superan a los hombres por número de ocupados en puestos de técnicos y profesionales científicos e intelectuales, 109.800 para féminas en 2022 en la Comunidad frente a los 69.800 para los varones; así como en contables, administrativos y otros empleos de oficina (64.400 frente a 30.400); servicios de restauración, personales, protección y vendedores (142.800 frente a 82.300); y ocupaciones elementales (69.600 frente a 47.800).

Por el contrario, los hombres están más empleados como técnicos profesionales de apoyo (56.400 varones por 38.000 mujeres); trabajadores cualificados del sector primario (38.600 frente a 7.400); como artesanos y en las industrias manufactureras y la construcción (109.400 por 8.200); operadores de instalaciones y maquinaria y montadores (79.400 frente a 11.500); y ocupaciones militares (7.100 frente 1.200).

Un análisis de la evolución porcentual de las ocupadas también evidencia los nichos de empleo femeninos, con crecimientos en cinco años de las ocupadas como técnicas y profesionales científicas e intelectuales, del 20,7 por ciento; como contables, administrativas y empleadas de oficinas, del 13,6 por ciento; o como profesionales de apoyo del 13,4 por ciento. Asimismo, aumentaron los empleos femeninos en servicios de restauración, personal, protección y vendedoras, un 4,7 por ciento; un 0,9 por ciento en operadores de instalaciones y maquinaria y montadores, y un 0,3 por ciento en ocupaciones elementales.

Sin embargo, cayeron un 23,4 por ciento sus puestos como artesanas o trabajadoras cualificadas de las industrias manufactureras y un la construcción; un 36,8 por ciento en ocupaciones militares; y un 10,8 por ciento en el sector primario.