Los incendios se están convirtiendo en el peor enemigo de Castilla y León durante este verano. La Comunidad está viviendo un episodio sangriento en los últimos meses. La semana pasada se registraban un total de 35 incendios declarados; 15 de ellos con una actividad muy fuerte. Losacio (Zamora), Monsagro (Salamanca), Cebreros (Ávila) y Montes de Valdueza (León), eran en el momento los más alarmantes, pues han dejado víctimas mortales, miles de evacuados y decenas de municipios desalojados.

Sin embargo, pocos días después, exactamente el 24 de julio, comenzaba otro terrible fuego en Quintanilla del Coco (Burgos). Una provincia que, hasta el momento, parecía estar libre de las llamas. El incendio afectaba a más de 3.000 hectáreas de monte, arbolado y cereal de la comarca burgalesa de Sabinares del Arlanza, además de daños materiales en viviendas de varias localidades. Las llamas provocaban la evacuación y desalojo de cientos de personas de las localidades de Santibáñez del Val, Santo Domingo de Silos, Villanueva de Carazo, Carazo y Hacinas. Un daño, sin duda, irreparable.

Ese mismo día, las peores noticias llegaban a Zamora. Una provincia que ya estaba destrozada por el fuego y que, tristemente, seguía ardiendo. Esta vez se ubicaba el foco en Vegalatrave, muy cercano a Losacio. Los vecinos de hasta ocho localidades tuvieron que desalojar sus viviendas por el abundante fuego y humo que invadía la provincia.

Y, finalmente, el mismo 24 de julio también ardía San Juan de la Nava, una localidad abulense. Un fuego que arrasaba con más de 530 hectáreas y al que, si le sumas Cebreros, forman un total de 5.000 hectáreas carbonizadas.

Como vemos, un auténtico desastre en la naturaleza de Castilla y León. En primera instancia se estimaba que se habían ocasionado por las altas temperaturas, sin embargo, los incendios de Quintanilla del Coco, San Juan de la Nava y Vegalatrave, han sido provocados. En el caso de Burgos, todo indica que el fuego fue causado por una cosechadora. Se debe a una negligencia grave de su conductor y propietario de una finca de cereal entre Tejada y Quintanilla del Coco. En el caso de San Juan de la Nava, la Junta de Castilla y León confirmaba que "los primeros indicios indican que el incendio no es espontáneo, sino que estaría la mano del hombre detrás, de forma intencional e imprudente, en lugares y día de tan extrema peligrosidad".

En el caso de Vegalatrave, pese a que se sigue investigando, los primeros indicios también apuntan a que podría haber sido provocado. Así lo informaban, además, en algunos medios.

Los daños para Castilla y León por los incendios forestales están siendo catastróficos. Miles de personas han perdido sus casas, ganado, tierras y, en definitiva, toda su vida. Sin olvidar a los que han fallecido a causa de las llamas.