El Real Valladolid está mostrando una versión muy sería en sus partidos locales en Zorrilla esta temporada. A ello este sábado ante el Eibar el equipo de Sergio González ha añadido la efectividad, con dos goles en la primera parte con los que ha conseguido, después de tres empates, sumar la primera victoria como local.

El partido comenzó con un coqueteo de los dos equipos que se tanteaban buscando pases a la espalda y sorprender en pocos pases. En el minuto 10 el Pucela tuvo el partido de cara, el balón llegó óptimo a Guardiola dentro del área y en el cara a cara no falló y marcó el 1-0 con una gran definición.

El Real Valladolid supo controlar el momento del partido, mantener la calma y frenar el ímpetu del Eibar para intentar reducir la desventaja de manera veloz. No generó gran peligro el equipo de Sergio González en ese tramo de partido pero tampoco los de Mendilibar hicieron nada reseñable hasta un disparo de Pedro León en el minuto 30 que detuvo Masip sin problemas.

Con esa tensa calma sobre el césped de Zorrilla el Valladolid golpeó de nuevo. En una jugada de estrategia en el saque de córner, Nacho cedió desde el primer palo para que Salisú rematara a placer en el segundo palo y marcara el segundo gol del partido. Era el minuto 39 y la espera por la confirmación del VAR despertó la inquietud del público de Zorrilla que festejó el 2-0 dos veces.

Nadie se fija en Zorrilla ya de disfrutar de un partido plácido, así que el ambiente era de querer más tras el bocata del descanso. Con esa idea salió el Pucela tras el resuello en el vestuario y en solo diez minutos tras reanudar el juego marcó de nuevo, pero esta vez el árbitro y el VAR vieron claramente el fuera de juego y anularon el tanto de Óscar Plano.

El Eibar obligó al Valladolid a achicarse y adoptó una presencia más agresiva en el campo de ataque. La falta de precisión en los pases impidió que las contras potenciales de las que disponía equipo de Sergio no culminaran.

En el minuto 68 Toni Villa salió ovacionado del campo para dejar su sitio a De Frutos. En las acometidas visitantes destacó un potente disparo de Expósito que impactó en el larguero. El trabajo de Ünal fue constante y oscuro, casi tímido pero incansable. En uno de los balones que facilitó a sus compañeros, Plano se quedó solo ante Dmitrovic con muchos metros aún por delante y Guardiola a su flanco, pero se llenó de balón y el portero del Eibar desbarató la clara ocasión.

Seriedad defensiva liderada por un imperial Salisu, control del espacio y aceleración necesaria para buscar un gol más fue la receta del Valladolid en esa recta final del partido que siempre hace temblar las piernas e invocar a las supersticiones.

Primer triunfo como local para un Pucela que hizo disfrutar a su público y paladeó por fin una victoria cómoda y casi hasta tranquila.

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