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El polémico 'Diablillo' del Acueducto ya está en la calle

23 enero, 2019 20:18

La polémica estatua del 'Diablillo' del Acueducto de Segovia ya se encuentra ubicada en lo alto de la calle San Juan de la capital, después de que en la tarde de este miércoles la haya descubierto la alcaldesa, Clara Luquero, acompañada de su escultor, el artista José Antonia Abella.

Durante el acto inaugural, la alcaldesa ha recordado los dos objetivos principales que se ha marcado el Consistorio con la instalación de la polémica estatua, "evocar la leyenda de la construcción del Acueducto" por parte de este diablillo, un elemento del patrimonio cultural inmaterial que "forma parte de la memoria colectiva de los segovianos", y "diversificar los flujos turísticos", ya que espera que se convierta "en un atractivo para los turistas", que descubrirán de esta forma el barrio de los Caballeros.

En declaraciones recogidas por Europa Press, Luquero ha asegurado que nunca se ha pretendido "ofender la sensibilidad religiosa de nadie", pero no está dispuesta a "doblegarse" ante "las imposiciones que brotan de la intransigencia y la intolerancia".

La alcaldesa se ha referido a las iniciativas surgidas de asociaciones como 'Enraizados' o 'San Miguel y San Frutos', que tratan de evitar la colocación de la obra artística. Luquero ha destacado "la gran generosidad del autor" de la escultura, así como la de José Luís Herrera, que ha patrocinado de forma altruista la fundición de la estatua.

Asimismo, ha destacado que la estatua retrata el momento exacto de la leyenda en la que "el diablo es burlado por la moza y representa la inteligencia y astucia de los habitantes de Segovia, burlando al diablo". "Además es un elemento de iconografía románica y gótica, a la que estamos muy acostumbrados y va a formar parte del mobiliario de la ciudad durante muchos años", ha sentenciado Luquero+.

Por su parte, José Antonio Abella se ha apartado de la idea de un diablo "monstruoso" y ha resaltado en la estatua "la gula" por medio de la barriga que luce la pieza de bronce. El autor ha calificado la estatua como "una caricatura del diablo que si a alguien ha de ofender esta estatua es al propio diablo", al tiempo que ha opinado que "si existe de verdad, no habita en las esculturas".