Ángel Rufino de Haro, El Mariquelo, emprenderá su trigésimo segunda ascensión a la Catedral Nueva de Salamanca este miércoles 31 de octubre. Una cita ineludible en el panorama del folclore charro y una auténtica referencia cultural a todos los niveles, aunque aún no haya sido nombrada de Interés Turístico Regional por la Junta de Castilla y León. Caber recordar que el tamborilero salmantino lleva años peleando para reunir la documentación y los apoyos necesarios.

Tendrá además en esta edición carácter solidario. “Este año tenemos el orgullo y la dicha de dedicárselo a los enfermos de esclerosis múltiple y a sus familias. Muchos amigos míos la padecen, y quiero tener un recuerdo especial especial para vuestra compañera Arancha Martín, que me impulsó a lanzar este apoyo”, ha valorado El Mariquelo. La cita también servirá para honrar la conmemoración del Octavo Centenario de la Universidad de Salamanca, como no podía ser de otra manera, durante su aniversario número 800.

Como en las últimas ediciones, el tamborilero charro solo podrá realizar su ascensión hasta la campana grande de la Catedral Nueva, llamada de 'María de la O'. Así lo ha confirmado el propio Ángel Rufino de Haro, que anunciaba al inicio de su comparecencia pública ante los medios de comunicación que llegaba directo de reunirse con el deán de la Catedral. “Donde hay patrón no manda marinero”, ha lamentado, explicando que a él le gustaría recuperar la subida completa hasta la bola más alta del templo.

La cita arrancará a las 9:30 horas del día 31 en el Puente Romano. Desde allí, El Mariquelo saldrá a lomos de su caballo Lucero, acompañado por otro cuatro caballistas más llegados de distintos puntos de la provincia, hacia las calles Varecruz y Meléndez hasta alcanzar El Corrillo donde se reunirá con los tamborileros llegados de distintos puntos de la geografía española para amenizar el evento. “Vienen gente de Andalucía, Segovia, País Vasco, Extremadura, Zamora, Galicia, con sus gaitas, e incluso falleros de Valencia”, ha enumerado.

Una vez reunido, el grupo enfilará la Rúa Mayor hacia la Plaza de Anaya donde El Mariquelo iniciará su ascensión hasta la última balaustrada del templo catedralicio. Como es conocido, la subida se realiza históricamente con el fin de recordar el terremoto de Lisboa en 1755 que repercutió en Salamanca y para comprobar, a su vez, la inclinación de la torre del templo año tras año después de lo sucedido. En la actualidad ese uso se ha perdido y El Mariquelo acostumbra a tocar su gaita y su tamboril desde lo alto y a dirigirse a los presentes. “Mandaré un mensaje muy personal de solidaridad y paz y pediré por la gente que lo necesita en este tiempo de crisis económica y de valores”, ha anunciado.

Apoyo a los enfermos de esclerosis múltiple

En la comparecencia de este lunes, El Mariquelo ha estado acompañado por el nuevo director de la Asociación Salmantina de Esclerosis Múltipla (Asdem), Gerardo Alonso, que ha aprovechado para agradecer su apoyo a Ángel Rufino de Haro y para dibujar el panorama de los afectados en la provincia. No de forma muy precisa, por cierto, ya que, según ha explicado, la ley de protección de datos les impide conocer cuántos hay a ciencia cierta y su reciente asunción del cargo tampoco le permite hacerse una idea fidedigna.

“Nuestra labor es intentar trabajar con los afectados que voluntariamente acuden a nuestras instalaciones. Les proporcionamos rehabilitación, fisioterapia y logopedia, promocionamos su autonomía personal y hacemos talleres y actividades con grupos reducidos”, ha valorado. Sí se ha atrevido a dar una cifra asegurando que han prestado en torno a 10.000 servicios en el último año.

La actividad central de la Asociación es el funcionamiento de la residencia de 20 plazas que se inauguró hace tres años. “Intentamos que sea como la casa de cada uno, aunque tiene sus limitaciones, sobre todos en el presupuesto. Hay también un grupo de 12 o 15 afectados que acuden a los servicios del centro de día, que está basado en la estimulación cognitiva y los talleres”, ha explicado.

En el plano reivindicativo, Gerardo Alonso ha reconocido que afrontan carencias que les impiden hacer un mejor trabajo con los afectados y sus familiares. “Nos hacen falta algunos profesionales, como un psicólogo o un animador sociocultural, ya que están asumiendo esas funciones otros empleados, que tienen que quitar tiempo de su labor”. Asdem recibe subvenciones municipales, aunque “no son suficientes”, y sobrevive gracias a la implicación de Asprodes que, entre otras cosas, se encargó de levantar la residencia y asume las nóminas del personal.

El nuevo director ha desvelado que su mujer padece la enfermedad y ha reconocido que es pesimista en cuanto a los avances médicos que puedan encontrar una cura o paliar los efectos adversos que aquejan a los afectados. “Están todos los neurólogos con ello y no dan con nada. Yo creo que si hubiera algo ya se sabría. Luego algunos tienen sus curanderos, vírgenes... y hay gente que está haciendo negocio con ello”, ha lamentado.