Hablar de Miranda do Douro es hablar de turismo. Es hablar de gastronomía. Es hablar de decenas de miles de visitantes españoles –se habla de 250.000 al año- que buscan un turismo gastronómico de calidad más allá de las fronteras. Porque Miranda de Duero y su concejo ofrecen lo que los turistas españoles buscan: naturaleza, compras, tradición y buena mesa. Comer en Miranda es un auténtico placer.

La gastronomía en Miranda de Duero es rica, variada, de gran atractivo culinario y confeccionada al método más tradicional como también con los mejores productos agroalimentarios que se producen en el concejo, eminentemente agrícola y ganadero.

Son los embutidos para confeccionar cocidos y, como entrantes, salen de las cocinas rurales donde son ahumados. Conviene mencionar a la alheira de Miranda de Duero que es muy apreciada. Su particularidad radica en que no se elabora con cerdo, ya que estaba destinada a la población judía que aquí vivía en la Edad Media. Bien tostada en las brasas y bien curada abre las comidas con el sabor más tradicional. Y si estamos en el riguroso invierno, nada mejor que el butelo –botillo- acompañado por las cascas y el resto de las partes menos nobles del puerco.

Pero es, sobre todo, la carne de la Ternera Mirandesa –principalmente como posta preparada sobre las brasas de carbón por manos que son hijas del tiempo-. “Carne blanda, que la navaja corta sin esfuerzo, presentada en el punto exacto, y este mojo de vinagre que hace transpirar los pómulos es la cabal demostración de que el cuerpo está feliz!..”, son palabras de José Saramago.

Como también el cordero de la raza churra mirandesa, uno de los platos más esperados guisado o asado. Una carne muy honrada por exigentes paladares. Llegado de los campos de gramíneas e hierbas frescas, estos pequeños ovinos aparecen en las mesas asados al horno o en brasas de carrasco, o, cuando no, en suculentos guisos acompañado de patatas y verduras.

Pero su plato más solicitado es el bacalao a las ‘1.000 maneras’. Quien busque saborear un buen bacalao tiene en Miranda do Douro una garantía de éxito. Un pescado de largo y grueso costado, pescado en las frías aguas de los mares de Canadá y de Noruega, prefirió, antes de pasearse airoso por los restaurantes mirandeses ante la envidia y la gula de los comensales, secarse, tomando baños de sol sobre las dunas portuguesas de la Costa Nova… Preparado para su consumo, se desagua bien para servirlo a la propia manera de cada casa, en ello va el secreto y la variedad. Merece su interés desmigado en trozos rectos mezclado huevos caseros, espolvoreado con perejil y adornado con pulpa de aceitunas, es el ‘bacalo a brás’. Pero también se puede degustar al modo ‘lagareiro’, flotando sobre el aceite virgen de los arribes del Duero… Y cómo no, al horno cubierto con nata o, simplemente, asado o hervido con sabores especiales y acompañado de la tradicional patata asada.

Restaurante São Pedro, uno de los 150 elegidos a nivel nacional

En todo este compendio de restaurantes donde se puede degustar un excelente bacalao destaca el Restaurante São Pedro, en la Rua Mouzinho de Alburquerque, 20 (al principio de la calle peatonal que accede a la zona monumental), que en la ‘Volta a Portugal en Bacalhau’ (Vuelta a Portugal en Bacalao), realizada por el diario Expresso, fue elegido entre los 150 mejores restaurantes donde se sirve este pescado en Portugal.

Un restaurante que comenzó con el esfuerzo de siete hermanos hace tres décadas. Un lugar donde son servidos los más auténticos productos, todos ellos certificados y producidos en la huerta que da apoyo al restaurante. Siendo, de esta manera, garantizadas las calidades de los ingredientes utilizados, siendo la carta el sabor de las estaciones. Casimiro São Pedro, el cocinero, asume con orgullo que es de sus manos de donde sale “el mejor bacalao de Miranda”. Esto mismo le fue otorgado por un grupo de españoles que hicieron una ruta gastronómica por todos los restaurantes de la ciudad. Más allá del arte de la confección, el secreto está en la calidad superior del bacalao servido diariamente.

Uno de los platos de firma regional lleva el nombre de ‘miminhos’, y no es más que un pequeño trozo de cordero, acompañado con fruta. O las mismas costillas a la brasa… un manjar.

Pero este restaurante mirandés va más allá. Ya en tiempos recientes se ha convertido en lugar de concurrencia y culto a un plato especial, nada imaginable en territorios de interior, como es el ‘Arroz con marisco o bogavante caldoso’… Decenas y decenas de cazuelas, llegando en una misma franja horaria de comida hasta 50, pueblan las mesas que ocupan, en su mayoría, españoles. Excelente, sabroso y abundante, con una muy buena calidad/precio, deja patente que no necesitas la costa para saborear platos de mar. En la raya del Duero es espectacular...

Destacan también los diversos dulces, es el caso de la conocida y afamada Bola Doce Mirandesa, un auténtico tesoro que sale de los hornos del concejo llegando desde las antiguas ferias de ganado y, también, convirtiéndose en religión en época de Cuaresma cuando la carne era pecado. Pero ahora también se sirve la doble masa rellena de embutidos con sabor a canela. Es a la gastronomía mirandesa, como el Menino Jesús da Cartolinha a la leyenda y la religión . E incluso la Tabafeira de Miranda – (el mismo término que tabafeia-, se trata de un producto transmontano que designa chorizo relleno de pan de trigo, gordura y carnes, cocidas, de varias cualidades, propicio para comerse después de frito-.

Miranda do Douro, no debemos olvidar, es una tierra de gran atractivo, y por ello acuden al lugar de forma habitual muchos viajeros, tanto de Portugal como, sobre todo, de España. Ese flujo de visitantes da vida a los negocios del lugar como los restaurantes, que tienen auténticas colas de clientes a la puerta durante los días festivos. ¿Qué se puede comer? Pues como hemos relatado, desde los mil sabrosos bacalaos hasta la posta mirandesa -chuletón de excelente ternera mirandesa- braseado y ricamente guarnecido… y eso sin olvidar el cordero asado o los magníficos embutidos de raigambre galaico leonesa, que si en ese territorio son ahumados, en Tras-os-Montes se denomina ‘fumeiro’ y que también conforman los tradicionales cocidos con butelo/botillo y cascas para las jornadas frías del invierno. Y como ciudad de raíz clerical, los dulces no tienen mala pinta… Arroz con leche, natillas, mousses, flanes de cien maneras, pudín… hasta los más ricos quesos acompañados de artesanales compotas/mermeladas…

En Miranda do Douro no te pierdas una experiencia gastronómica única!

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