A pesar de la crisis producida por los sobrecostes energéticos y de inputs, y a la espera de que los mercados se estabilicen, sigue creciendo el interés de los fondos agribusiness por el sector primario. Un interés que se acrecentó durante la pandemia, cuando el campo y la alimentación se consolidaron como sectores estratégicos, por motivos obvios.

Esta realidad impulsa los números de la fábrica de neumáticos agrícolas de Michelin en Valladolid, que prevé incrementar su capacidad diaria de producción de neumáticos agrícolas, que actualmente asciende a 300 unidades.

Una planta que también fabrica cubiertas para turismos y camiones, si bien este sector se encuentra en la actualidad afectado por los constantes cambios impuestos por la Agenda 2030 tendentes a la electrificación y a un menor uso del vehículo individual que generan incertidumbre en este mercado y en los consumidores.

La producción de Michelin España en volumen de producto es la segunda del mundo, sólo por detrás de Michelin EEUU. Las estimaciones de la planta vallisoletana apuntan a terminar 2022 con una producción de 92.000 cubiertas agro y 26.000 toneladas de producto.

Sin embargo, y aunque el VAB del sector primario en España es de 99.545 millones de euros, lo cierto es que el destino del 98% de la producción de estos grandes neumáticos sigue siendo extranjero, con un 61% para el mercado europeo, un 31% para América del Norte y el resto con salida hacia América del Sur y Asia.

Un mercado, el de las cubiertas, que tiene ante sí el reto de cumplir con nuevas normas que garanticen un mayor respeto al medioambiente, dado que el elemento principal para su producción, aunque en ella participan 20 materiales más, sigue siendo la goma. 

En este sentido, la firma francesa se plantea como reto alcanzar un equilibrio entre la sostenibilidad, los beneficios y el enfoque en las personas (Profit, People, Planet). No en vano, la fábrica de Valladolid será la primera de neumáticos agrícolas con cero emisiones de CO2 en 2024.

El salto a la sostenibilidad total

Michelin está ultimando el diseño de un prototipo que le permitirá dar un salto de gigante en su apuesta por la sostenibilidad. Así, la fase en la que se procede a cocer los neumáticos (vulcanización) pasará a realizarse a través de una prensa eléctrica en vez de hacerlo quemando gas.

Un compromiso por la sostenibilidad que se añadirá al hecho de que toda la energía eléctrica que compra la planta de Valladolid para su funcionamiento es ya 100% limpia.

La apuesta por la digitalización y el Big Data permite a la multinacional disponer del stock justo para reducir sobrecostes. Un control necesario sobre el binomio producción y demanda dado que los neumáticos también tienen fecha de caducidad.

Además, el departamento de ingeniería de la multinacional es el que diseña la maquinaria para mejorar los procesos. Un proceso de modernización y digitalización que ha llevado al Grupo a invertir una media de 60 millones de euros cada año en las fábricas de Castilla y León.

A finales de 2023, la firma francesa habrá sustituido en estas plantas todas las máquinas que aún exigen un esfuerzo físico a sus empleados por otras que mejoren la ergonomía y condiciones de salud de la plantilla.

Sin conocer aún los detalles del número de estas maquinas que dejarán de estar operativas, este periódico ha podido saber que las nuevas tienen un coste de un millón de euros por unidad.

La previsión de las ventas netas consolidadas del Grupo en todo el mundo para 2022 se acerca a los 20.700 millones de euros (un 20,5% más que el año pasado), en un contexto muy volátil y con complicaciones para toda la industria a la hora de establecer estrategias a largo plazo debido a la actual situación económica y geopolítica.

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