Los efectos de la pandemia continúan presentes hoy en un mercado del automóvil que no remonta por la falta de semiconductores, la crisis energética y la incertidumbre en los mercados.

Las nuevas normativas europeas que penalizan el uso de los vehículos de combustible fósil (diésel y gasolina) han abierto una brecha en el consumidor dado que la adquisición de un vehículo eléctrico es aún poco asequible para la mayoría de los bolsillos, con precios a partir de los 24.000 euros para los modelos más sencillos.

La Administración perfila, además, ciudades más sostenibles y zonas de bajas emisiones donde el transporte público gane en protagonismo frente al uso individual del coche. Por último, la irrupción del coronavirus abrió la puerta a la conciliación laboral y familiar a través del teletrabajo, por lo que el uso del vehículo se ha reducido notablemente al hacerlo las horas presenciales en la oficina.

Esta situación está empujando a muchos particulares, no sólo a autónomos y empresas, a buscar una solución más rentable al modelo de movilidad tradicional basado en disponer de un vehículo en propiedad que cada vez es más complicado utilizar en las ciudades y que pasa buena parte del tiempo aparcado.

Así, marzo ha dejado en Castilla y León un incremento en el renting de vehículos del 8,15% por parte de autónomos y particulares, mientras en España este dato ha alcanzado el 14,14% interanual, es decir, con respecto al mismo mes del 2021. En el conjunto de operaciones (no sólo particulares y empresas con flotas pequeñas de automóviles sino, además, medianas y grandes compañías), la Comunidad experimentó en marzo un alza del 6,83% mientras que en el conjunto del país lo hizo en un 8,46%.

Si tenemos en cuenta que en la Comunidad las ventas de automóviles de ocasión continuaron cayendo también durante el pasado mes (un 26%) y que la industria atraviesa por un complicado momento por la falta de semiconductores agravada, además, por la guerra en Ucrania, los mercados buscan alternativas ágiles a la escasez de oferta. 

Así, el renting comienza a colarse como opción para quien no quiera desembolsar cantidades elevadas de dinero en la compra, además de los costes de mantenimiento (desde 75 a más de 200 euros dependiendo del modelo, motor y combustible), seguro más básico (en torno a los 200 euros), ITV (entre 44 y 52 euros) o los de disponer de una plaza de garaje en alquiler (desde 40 euros en adelante dependiendo de la zona) si no se dispone de una en propiedad.

El presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER), José Martín Castro, considera que esta tendencia irá al alza en los próximos años y que el desarrollo e implantación de este modelo de movilidad favorecerá, además, a los ciudadanos dado que la libre competencia generará productos y servicios nuevos y demás impuestos propios de disponer de un vehículo en propiedad.

"No sólo es una cuestión de economía financiera, de pagar sólo por el uso de las cosas, sino que, además, el ciudadano ve en esta opción un modelo más seguro ante la incertidumbre de si va a invertir en un vehículo con el que no podrá circular libremente por la normativa de emisiones". A esto hay que añadir las dudas que plantean aún los vehículos eléctricos respecto a su autonomía y a la ausencia de una red de repostaje que garantice un uso práctico cuando se necesite. Un cúmulo de incertidumbres "que golpea al mercado del automóvil pero beneficia al del renting", añade Castro.

"A veces se crea un paradigma y se enfoca a un producto en concreto, pero puede aplicarse a muchos bienes de uso personal que no se utilizan el 90% del tiempo. Convertir las cosas en servicios es lo que está permitiendo que se acentúe este mercado", asegura Castro.

Los hábitos de las nuevas generaciones están cambiando. El producto se ha ido transformando respecto al renting de vehículos de empresas grandes "y está llegando a autónomos y particulares desde hace cuatro años".

Sin embargo, el perfil de las personas que optan por este modelo es aún el de "mayores de cincuenta años que tienen una elevada cultura financiera y ha utilizado el renting ya en su empresa o en su familia, y decide contratar un segundo coche para su casa a través de renting".

No obstante, hay un segundo perfil de consumidor de renting de vehículos que comienza a abrirse paso y es el de la gente joven de en torno a los 30 años que "no se les pasa por la cabeza un modelo de propiedad y cuando tienen estabilidad financiera prefieren pagar sólo por lo que usan". 

El año pasado, se matricularon en España 260.000 vehículos de renting (uno de cada cuatro), lo que a juicio de Castro supone "un salto enorme en un mercado de la automoción que actualmente está deprimido". 

Este modelo no es sólo propio de nuestro país sino que se da y en mayor medida en los países de nuestro entorno, dado que "el renting ya no es sólo patrimonio de las ciudades o grandes urbes sino que se produce también en las pequeñas y en el medio rural".

Crecimientos por encima del 10%

Esta asociación está percibiendo "un interés muy fuerte en este producto con crecimiento de clientes a un ritmo del 10% desde la pandemia y con previsiones de que este ritmo se mantenga durante todo el año".

Sin embargo, el mercado está muy acotado por la oferta "y los fabricantes ya están anunciando que su capacidad de producción seguirá siendo limitada".

Calcular el ahorro que supone optar por el renting depende de muchos factores. No es lo mismo las necesidades que tiene un ciudadano que necesita moverse en coche un par de veces a la semana que el autónomo o la empresa que lo necesita para trabajar todos los días. Aún así, Castro sostiene que "es una cuestión de economía financiera que además viene precedido de un cambio de mentalidad. ¿Por qué pagar por algo que no usamos?".

Actualmente existen en el mercado diversas opciones con ofertas desde 300 euros al mes por renting de vehículo, que "incluye todos los gastos de mantenimiento que habitualmente paga quien elige ser propietario de un vehículo". Pero es que quien quiera sólo pagar por un coche cuando lo necesite puntualmente, "puede hacerlo desde 15 euros al día. El ahorro es considerable".

Los datos reflejan, en cualquier caso, el incremento que ha tenido esta fórmula en las empresas pequeñas que tienen una flota de uno a cuatro vehículos en Castilla y León, con un 10,74% más que en marzo de 2021, lo que supone tres puntos y medio más que la media nacional.

En lo que respecta a empresas con flotas de 5 a 24 vehículos, este crecimiento, sin embargo, no es tan pronunciado, con un repunte discreto del 1,53% en la Comunidad mientras en el conjunto del país este alza roza el 9%.