El número de empresas activas en Castilla y León cayó casi un 2% durante el peor año de la pandemia. El pasado ejercicio fue un año malo para el mantenimiento del tejido productivo regional, que cayó en 3.068 sociedades, según el último directorio central de empresas publicado por el Consejo Económico y Social de la Comunidad.

Un dato especialmente preocupante si tenemos en cuenta que se trata de una de las cuatro regiones donde más cayó este dato, tan sólo por detrás de País Vasco (-2,24%), Aragón (-2,29%) y Canarias, donde cesaron su actividad un 3,11% de ellas.

El informe del CESCYL recoge que en el conjunto nacional el número de empresas activas descendió un 1,11%, con 3.366.197 de ellas en pie.

León, la que más pierde

El impacto del parón producido por la irrupción del coronavirus desde marzo 2020 y durante ese año, supuso una pérdida de tejido empresarial especialmente relevante en la provincia de León, que encabeza este descenso con un 832 empresas menos que en 2019, o lo que es lo mismo, un 2,70% menos.

Le sigue Zamora con una caída de 278 empresas en el pasado ejercicio (-2,44%) y Valladolid con un 2,16% de descenso de sociedades. En Salamanca fueron 465 (-2%) las que echaron el cierre, en Palencia lo hicieron el 1,77% de las pymes, 153 cesaron su actividad en Ávila, 355 en Burgos, 69 en Segovia y 18 en Soria.

El más perjudicado, el comercio

Todos los sectores se vieron en mayor o menor medida afectados por la pandemia. El hundimiento del consumo interno y de la inversión no sólo en España, sino en todo el mundo, trajo consigo la mayor caída del PIB en los últimos 80 años en nuestro país. 

Una caída de la que, según la propia OCDE, España será el país de este entorno que más tarde recupere su nivel de crecimiento prepandemia y en el que peores condiciones lo haga.

El hecho de que, además, se encuentre a la cola en el Índice de Competitividad Fiscal de los países más desarrollados, lastra la recuperación de un tejido productivo que ha tenido que enfrentarse a un escenario comercialmente drástico.

En este sentido, y según este último informe del CES de Castilla y León, es el Comercio el sector que registró un mayor cierre de empresas durante el pasado año, con una caída del 2,22%, seguido del conglomerado denominado resto de servicios (no incluidos en el terciario), con una pérdida de casi un 1,9%, a los que le sigue muy de cerca el descenso producido en la construcción con un 1,87%. 

En lo que respecta a la industria, que a día de hoy continúa especialmente afectada por la crisis de abastecimiento de materias primas necesarias para producir sus bienes, dado el cuello de botella que existe en los mercados marítimos y el exceso de demanda tras la apertura de la actividad postpandemia, cesaron su actividad un total de 146 empresas en Castilla y León durante 2020, lo que supone un 1,46%.