Esta noche arranca la tercera edición de Maestros de la costura, y lo hace con un gran reto: mejorar los datos de su segundo año, en el que cerró con una media de un 11,7% de cuota de pantalla y 1.436.000 espectadores de media, lo que supone una caída de 2 puntos y 450.000 televidentes con respecto a la anterior edición.

Maestros de la costura tiene una materia prima muy buena para volver a conquistar al público. Es un formato con una mecánica sencilla, tiene una presentadora, Raquel Sánchez Silva, que se mueve como pez en el agua en el taller, y unos jueces (Palomo Spain, María Escoté y Lorenzo Caprile) con muy buena química, entre ellos y con la cámara.

Sin embargo, le falta algo que termine de enganchar al espectador. Analizamos qué seis factores necesita para remontar en audiencias en esta tercera edición.

Mahi en 'Maestros de la costura'

EL CASTING

Para entrar en este concurso lógicamente hay que saber de costura, lógicamente, pero el espectador necesita algo más. Hace falta concursantes que enamoren al público, que te hagan apoyarlo semana a semana. O incluso odiarlos, que desees su expulsión porque no lo soportas, pero que en definitiva, te hagan sentir algo.

No hace falta buscar una nueva Mahi que actúe de forma naïf, un nuevo Pedro que tenga la virtud de sacar a todos de quicio, incluido el jurado, o una nueva Lara, que se convirtió en cierto modo en la villana de la edición. Necesitamos un factor sorpresa, perfiles nunca vistos.

Queremos ver con qué nos sorprenden Borja (el heavy de la edición), David (que firma sus creaciones con el nombre de Selena Winters), Fran (el malagueño que viste imágenes de semana santa) y el resto de sus compañeros. ¿Cuál de ellos logrará revalidad el título de Rosa?

UN DÍA FIJO DE EMISIÓN

De momento, el programa se emitirá los lunes; sin embargo, la pasada edición vimos cómo Maestros de la costura cambiaba de día de emisión, algo que pocas veces ayuda a mantener los buenos datos. Enfrentarlo con GH DÚO la noche de los domingos no fue entonces una buena opción.

EQUIDAD Y MANO DURA EN LOS VEREDICTOS

Maestros de la costura ha tenido desde el primer momento una serie de reglas desconcertantes, por ejemplo, eso de cambiar a los capitanes de los equipos en mitad de la prueba, o no expulsar a dos concursantes en la prueba final si ninguno de ellos ha cumplido con las pautas marcadas. Hay semanas en las que se daba el alfiler de otro, otras no.

En la temporada pasada vimos incluso cómo durante un episodio decidieron no expulsar a nadie, pero luego lo compensan echando a alguien en el siguiente en la primera prueba, como si fuese necesario echar a algún concursante sí o sí.

En resumidas cuentas, el programa ha conseguido una indignación constante en el seguidor del formato, tal como se puede palpar en las redes sociales. Por ello, haría falta más justicia en las decisiones, y que no tiemble el pulso a nadie si hay que echar a dos concursantes, o salvarlos si lo merecen.

QUE SIGAN DANDO VIDA AL LAS REDES SOCIALES

Maestros de la costura es un programa que se disfruta mucho si uno lo sigue leyendo y comentando en las redes sociales, en esas en las que a veces se manifiesta la indignación por las decisiones tomadas por los jueces.

Una de las claves del formato es cómo en su cuenta oficial se emplea con maestría el humor, creando memes de la gala a medida que avanzan, buscando la risa del tuitero recordando momentos que acaban de suceder en la pantalla.

PRUEBAS DINÁMICAS

En esta tercera temporada habrá prendas de Manuel Piña o Elio Berhanyer, y se hará un homenaje a Karl Lagerfed en las diferentes pruebas. Pruebas que necesitan ser más visuales y divertidas, como esa de diseñar ropa con cortinas, o un complemento para una mascota. Algo que haga al espectador sonreír, sobre todo, si sus conocimientos en moda son escasos.

Este año nos han garantizado que en las pruebas se velará por el uso sostenible de los recursos; y es que en algunas pruebas veíamos cómo los concursantes desperdiciaban mucho tejido, en ocasiones, muy caro y delicado, al no saber trabajarlo de la forma adecuada.

LA DURACIÓN

Como ocurre en tantos formatos (desde MasterChef a Másters de la reforma), el programa se alarga mucho para únicamente ver tres pruebas. En el caso de su final de 2019, el programa superó las tres horas.

Al espectador no le gusta acostarse a la una de la mañana para saber quién gana, o quién abandona el taller, pero sí le gusta el formato; de ahí que el año pasado fuese uno de los programas con más visionados en diferido, es decir, que se producen en los siete días siguientes a la emisión original.

Como ya hemos explicado en otras ocasiones, una menor duración repercutiría directamente en el share, que sería más bajo, pero a una cadena pública eso no le debería obsesionar.

Del mismo modo, una menor duración da menos tiempo semanal al espectador para enamorarse de los participantes, Y en segundo, que el espectador podría enamorarse menos de los concursantes, pero si el casting es bueno, se les puede estimar igual si el formato durase solo una hora.