RTVE ha vuelto por la puerta grande al Festival de Eurovision Junior. Trece años después de su retirada porque el concurso fomentaba “estereotipos que no compartimos", la televisión pública ha conseguido obtener un tercer puesto con la brillante candidatura de Melani García.

Además, contando con que la promoción que tuvo el certamen fue bastante regular, la audiencia puede considerarse bastante positiva ya que se consiguió seducir a un 11,2% de cuota y 1.488.000 espectadores y liderar en el momento de las votaciones a la pequeña valenciana. 

La retransmisión estuvo así por encima de la media de la cadena en el día (10,5%) en siete décimas, y la emisión se colocó como uno de los mejores registros de las televisiones europeas.

Según contaba la periodista Laura Ortiz, este dato no habría sido recibido del todo bien en la cúpula de RTVE ya que se esperaba como mínimo un 15% de cuota de pantalla para justificar el gasto invertido y haber retirado partidas de presupuesto de galas de Navidad. 

Pero, es más, la participación en 2020 -probablemente también en Polonia- dependerá del presupuesto que tenga la Corporación el próximo año y del resultado conseguido por Blas Cantó el próximo mayo en Rotterdam.

Quejas no escuchadas

Craso error. Y es que, como bien defiende en círculos privados la jefa de delegación española, Ana María Bordás, es preciso participar para que la UER tenga en cuenta a RTVE y mime a la nuestra televisión de cara al próximo mayo. 

Durante los últimos años, una de las quejas más repetidas por nuestra televisión pública es que desde la producción del festival no se han tenido en cuenta las quejas sobre las diversas puestas en escena que se han llevado al concurso.

De hecho es más que público y notorio que Tinet Rubira, director de Gestmusic y responsable de las puestas en escena de Edurne y Amaia y Alfred, criticó abiertamente a las televisiones organizadoras y las culpabilizó de algunos de los fallos.

De ahí que desde que Bordás tomara el mando de la delegación española, la directiva entendiera que, al igual que otros de sus homónimos europeos, tenía que estar más implicada en la UER. 

El primer paso fue ser nombrada vicepresidenta del Comité de televisión de la UER. Y el segundo volver a la edición junior del festival como ya hicieron previamente Portugal y Francia. 

Ahora, además, con los datos cosechados, que convierten a RTVE en una de las televisiones que más audiencia aporta a Eurovision Junior, la UER no puede permitirse el lujo de la retirada de nuestro país. 

¿Eurovisión en España?

Además son conscientes de que, con un sistema de votos como el actual, en el que se puede votar por tu propio país, España podría volver a alzarse con la victoria en este concurso y plantearse organizar el festival. 

De hecho, la propia Bordas confesaba a BLUPER en Gliwice que "como delegación, nos encantaría hacerlo (el festival) y supongo que será una cosa que se valorará. Es una cosa que la dirección de RTVE debe decidir".

Esto no sólo sería muy positivo para la UER de cara a hacer resurgir el festival junior y conseguir la vuelta de países históricos como Suecia, Alemania o Noruega, sino para la propia TVE, que podría recuperar la confianza del público en Eurovisión tras años de nefastas posiciones. 

De momento y, sólo como ejemplo, la Corporación ha querido salir rápidamente al paso de las informaciones que hablaban de una posible retirada de nuestro país del evento junior negando que esto sea así.