Me viene a la mente aquel día en el Palacio de la Prensa en pleno centro de Madrid. TVE presentaba ante los medios uno de sus productos más potentes: El Caso. Visto el primer capítulo, el comentario era generalizado: El Caso era una muy buena serie. Se sabía que no era una serie que no arrasaría en términos de audiencia al ser una ficción de género, pero que podría hacer bastante ruido. 

“Una serie tan sencilla como bien hecha”, titulaba el periodista David Redondo en Cadena Ser. “Un procedimental carismático con un elenco de lujo”, comentaban desde FórmulaTV. Este mismo al que ahora están leyendo destacó el ritmo de una serie que no se podría ver en la televisión privada, olvidándose de los giros de timón constantes que se han vuelto obligatorios en el resto de cadenas.

A pesar de buena crítica, El Caso ha terminado asfixiada. Y el cordón alrededor del cuello se lo ha puesto TVE, siempre recta en su actitud de no mover las series de lugar. Que si TVE no debe competir con las privadas, que si TVE no debe pensar en la audiencia, que si mover una serie de día es maltratar el producto.

TVE debe ser competente y pensar en el bienestar de sus productos. Y con El Caso han cometido un error garrafal desde su primer día. Estrenaron la serie contra un partido de Champions, una semana antes de Semana Santa. Pero ubicado su estreno no podía estar. Las privadas hacen sus movimientos estratégicos y TVE no reacciona nunca. Ni pronto ni tarde. La pública ve pasar la muerte de sus series por la puerta de su casa y mira hacia otro lado.

El pasado martes ya se encontró Allí abajo como nuevo enemigo en la parrilla. Y la serie ya bajó hasta un 9,6% de cuota de pantalla. En TVE pasó una bola de paja por su puerta. Para este martes se anunció el estreno de la nueva temporada de La que se avecina en Telecinco. Otra bola de paja. La serie ha marcado mínimo histórico con sólo un 9% de cuota de pantalla. Una situación insostenible.