La televisión es un medio cíclico. Presentadores, presentadoras, colaboradores o productoras que, un buen día parecieron tenerlo todo, pueden desaparecer de la primera línea de la mañana a la noche. Ser sustituidos por nuevas caras, pero volver a la picota años después con un programa de éxito. Casi nada es eterno en el medio y mantenerse en lo alto es solo un privilegio para algunos pocos.

La historia de la televisión está repleta de caras que un buen día desaparecieron de los grandes formatos para no volver a regresar jamás. Y otras que, caídas en gracia por alguna productora o por los directivos de turno, vuelven a convertirse en presentadores estrella. Santi Acosta refleja muy bien este último caso. A principios de los 2000 fue una de las caras más rentables de Mediaset España con programas como Salsa Rosa o Sábado Dolce Vita. Ahora, más de una década y media después, ha vuelto y con buena nota con De viernes.

Otros lo han intentado sin demasiado éxito. Carlos Lozano regresó con Granjero busca esposa en 2016 para capitanear un programa en prime time tras años en un relativo olvido como presentador. Las audiencias no le acompañaron. Y los teléfonos volvieron a dejar de sonar.

[Este es el motivo por el que Frank Blanco sustituirá los viernes a Bea Archidona en el programa 'TardeAR']

Sin embargo, hay otras caras que un día fueron primeras espadas y que se mantienen en el medio bien sea como concursantes de programas (Irma Soriano, Samanta Villar…) o como colaboradores (Carolina Ferre, Carmen Alcayde, Alonso Caparrós…). Algunos tienen suerte y son considerados como sustitutos temporales o de verano del presentador o presentadora de turno, como es el caso de Frank Blanco. Una de esas caras que permanece de forma perenne en televisión, pero a la que el medio debería sacarle mucho más partido.

Blanco en el plató de tardeAR

Un valor seguro que ya tiene Mediaset en nómina

A finales de julio de 2019, Frank Blanco sorprendía a todos anunciando su marcha del programa de éxito de las sobremesas de laSexta, Zapeando. Lo hacía tras seis años como presentador y como un rostro de cadena, del que llegó a dar las campanadas en varias ocasiones.

¿Ganas de emprender nuevos retos? ¿Discrepancias con el equipo? Los motivos se desconocen. Pero lo cierto es que desde aquel año hasta hoy, Frank Blanco aún sigue buscando su hueco, y bien merecido, en un programa en una cadena generalista.

Actualmente se ha confirmado como el sustituto de Ana Rosa Quintana en TardeAR los viernes y durante los últimos veranos también ha sustituido, junto a María Verdoy, a Emma García al frente de Fiesta. Mediaset confía en él, pero mientras 'viejas' caras acumulan, de nuevo, proyectos (Jesús Vázquez presentará Bailando con las estrellas; Lara Álvarez, A tú bola o Christian Gálvez hará lo propio con Celebrity School), Frank Blanco sigue esperando su nueva gran oportunidad en Mediaset.

Confirmado que Marta Flich se hará cargo de GH DÚO y Jorge Javier Vázquez de Supervivientes, aún no está claro quién o quiénes presentarán los respectivos debates de los realities. Si repetirán o no caras como Ion Aramendi o Carlos Sobera. Frank Blanco ya presentó en 2012 y 2013 los debates de Gran Hermano. Sin embargo, aún hay una falta de confianza por parte de Mediaset para confiarle un programa con enjundia.

Desde que terminara Zapeando, el catalán pasó por La 1 para presentar sin pena ni gloria el concurso Typical Spanish que apenas llegó al millón de espectadores de media y a un 8,3% de cuota media en sus diez emisiones. Más tarde compaginaría su labor como colaborador en programas como Cuatro al día o Secret Story con ser una de las últimas grandes caras de la extinta 8TV, presentando espacios como PAM!  y sobre todo El Circ.

Y aunque actualmente presenta el concurso más exitoso de las autonómicas, Atrápame si puedes en la versión para Castilla-La Mancha Media, Frank Blanco sigue esperando un gran formato en una televisión nacional donde demostrar toda su experiencia y buen hacer -que es mucho- frente a la cámara.

Blanco es de esas caras amables de televisión que, casualmente, casa a la perfección con la nueva línea editorial que, asegura Mediaset España querer tener. Un profesional que ha demostrado manejarse con los directos, con la espontaneidad que éstos requieren, tratar con temas de humor y, con otros más serios, sin quitarles ni un ápice de rigor. Una versatilidad que, con la falta de nuevos rostros de la que adolece Mediaset, debería tener más en cuenta y dejar de buscar fuera lo que ya tiene en casa.