Este martes por la noche, tras la emisión del Última hora de GH VIP 8, Telecinco volverá a sacar la carta de la nostalgia. En la cadena principal de Mediaset se emitirá Crónicas Marcianas: El reencuentro. Javier Sardá presentará este especial del mítico late night de la televisión española. El programa conducido por el presentador catalán fue un éxito de las noches, y marcó un antes y un después en esta franja horaria, que en esos años se enfrentaba a otros como La sonrisa del pelícano, continuación de clásicos como Esta noche cruzamos el Mississippi. 

Su singladura empezó en el año 1997. Desde entonces y hasta 2005, Xavier Sardá pilotó este espacio caracterizado por el descaro. Por él pasaron decenas de personajes que aún siguen siendo habituales de los medios o que quedaron en la memoria de varias generaciones. Todavía se mantienen algunas secuencias míticas en el imaginario colectivo y resuenan nombres de aquellos tiempos. Algunos de ellos encontraron en este espacio la mejor forma de dar el salto a la fama.

Abrió la puerta a gente de diferente procedencia. Hubo humoristas como Carlos Latre, que se ha labrado una carrera sólida gracias a sus dotes, o personalidades más ligadas a la farándula, como Boris Izaguirre. Todos dieron rienda suelta a sus facetas más iconoclastas y divertidas. Entre ellos estaba también Rocío Madrid, una andaluza sin pelos en la lengua que animaba las noches junto a sus compañeros.

Con este programa especial, la colaboradora ha regresado a lo que simulaba ser el mismo plató. Y lo ha contado en sus redes: "Un reencuentro que por lo poco que he visto va a ser muy emocionante, divertido y nostálgico. Fueron ocho años de un programa transgresor, atrevido y único que hizo historia en la televisión en este país. Yo tuve el honor de formar parte de él y están siendo unos días muy emotivos para mí", ha escrito en su última entrada.

Rocío Madrid dio sus primeros pasos en este late e imprimió su carácter alegre. Nacida en Málaga en 1978, la actriz había estudiado en el colegio Europa después de la carrera de danza. Decidió cursar la FP de jardín de infancia, que terminó a los 18 años. Con esa edad tuvo que debatirse entre empezar a trabajar en lo que había estudiado o irse a Madrid para intentar hacer realidad su sueño, que era la interpretación.

[La vuelta de 'Crónicas' para demostrar que hoy no sería posible: "Las redes no arderían... ¡Explotarían!"]

En 1996, ya en la capital de España, se matriculó en la escuela de arte dramático Metrópolis. Consiguió su primer trabajo como actriz en la serie Querido maestro, protagonizada por Imanol Arias y Emma Suárez. Ya había empezado Crónicas marcianas y en el verano de 2001, durante la fiesta anual que celebra Gestmusic, Toni Cruz, Josep Maria Mainat y Javier Sardà le propusieron la oferta de formar parte del grupo de colaboradores del programa.

Lo aceptó y se quedó hasta el final, en julio de 2005. Inmediatamente en 2006, pasó a formar parte del reparto la serie Fuera de control de TVE, junto con Amparo Larrañaga, Joaquín Kremel, Loles León, Paulo Pires y Pedro Mari Sánchez, entre otros. Le dieron la oportunidad de presentar otro programa mítico como ¿Qué apostamos? en los primeros meses de 2008. Su compañero era Carlos Lozano y se emitió durante 13 semanas en diferentes canales. 

Se sumó a la serie de Canal Sur Arrayán en la temporada 2006-2009 con el papel de Sandra. Y entre 2009 y 2010 intervino en la serie de TVE Amar en tiempos revueltos, interpretando el personaje de Mariana Robledo. En 2013 participa como concursante en el programa Expedición Imposible, un reality de Cuatro. También se ha subido a las tablas en montajes como Marta tiene un marcapasos, musical con canciones de Hombres G, o en The Hole, un espectáculo de burlesque. 

Otro hito fue su portada en Interviú, en 2013, y su anuncio, en octubre de 2019, como concursante de la octava edición de Tu cara me suena. Además, comenzó a colaborar en el programa de la misma cadena Me resbala y a presentar Esto es lo que hay en Canal Sur. Ahora se muestra contenta en redes, promocionando sus obras como Monólogos de la vagina o Lo nuestro estaba cantado.