La serie Mía es la venganza sustituyó en Telecinco el programa Sálvame Limón. Sin embargo, la ficción creada por Aurora Garrido no cuajó entre el público, y tras varias semanas de emisión, fue relegada a Divinity. Sorprendentemente, allí dio buenos resultados, pero no por ello Mediaset se ha encargado de cuidarla. Así, ha vivido hasta tres cambios de hora, y el último de ellos ha provocado un especial malestar a Lydia Bosch, su protagonista.

“De no creer. Nuevo cambio de horario”, ha lamentado la actriz en su perfil de Instagram. “A partir de este lunes la emisión de Mía es la venganza será hacia las 17:50 horas. Espero que en estas dos últimas semanas de serie mantenga este horario. Parece una broma de mal gusto”, expresaba la intérprete de Sonia, la dueña del club Los Olivos. “Gracias por vuestro apoyo incondicional”, terminaba diciendo.

Este cambio horario se debe al estreno de una nueva telenovela, Ana de Nadie. La llegada de esta ficción de los creadores de Café con aroma de mujer ocupa, desde este lunes, la franja que va de las 16:30 a las 17:45 horas. Ello ha provocado que Mía es la venganza a partir de ahora se pueda disfrutar desde las 17:45 hasta las 19:00 horas.

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Mía es la venganza cuenta con una gran fidelidad, y de ahí que Mediaset haya decidido que Ana de Nadie se convierta en su sucesora. Lo más llamativo del caso es que a que a la ficción española que protagoniza Bosch le quedan muy pocos episodios para desvelar su final, que si no hay cambios, llegará el viernes de la próxima semana. Anteriormente, Mía es la venganza arrancaba sus emisiones en Divinity a las 15:30 horas, tal como comenzó a disfrutarse en Telecinco.

Tras 25 episodios, Mediaset envió la serie a Divintiy, y canceló sus grabaciones. “Quedan más de 80 capítulos que podréis ir viendo hasta octubre. Son capitulazos porque los seguidores lo sabéis: es una serie que acaba en alto siempre y las historias habían tomado una velocidad de crucero”, aseguró entonces Bosch, que, como ya avanzó José Sospedra, prometía un final “muy digno para que no os quedéis con la miel en la boca”. Un desenlace que ya está a punto de producirse.