El Museo Rocío Jurado es el asunto principal que se aborda en el episodio 13 de la docuserie En el nombre de Rocío. La apertura de ese museo se hizo esperar durante más de una década y, en todo ese tiempo, la familia Mohedano ha culpado a Rocío Carrasco en reiteradas ocasiones de que no se cumpliera con el sueño de la artista de tener su propia exposición en Chipiona.

"A mi madre en vida ya se le habla de un museo en Chipiona. Le hubiese encantado, claro que sí", explica Rocío Carrasco. Sin embargo, la protagonista niega que su madre estuviera preparando el museo durante su último ingreso en Houston. "Que yo sepa, no. Que yo diga que no solamente se puede entender si las personas supieran el estado en que estaba mi madre en la última etapa. Ella no está pensando en encargarle a alguien el museo. Es absurdo, quien haya dicho lo contrario, creo que miente", espeta.

Apenas tres semanas después de fallecer Rocío Jurado, Rosa Benito anuncia en televisión que se está preparando un museo dedicado a la artista en el Castillo de Chipiona. Rocío Carrasco, heredera universal de la cantante, no había sido informada de ese proyecto.

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El 27 de julio de 2006 se emite una propuesta del ayuntamiento para hacer una ruta turística por sitios emblemáticos de Chipiona. Ese documento público ya expresaba que "la futura instalación de un Museo Rocío Jurado será de visita obligatoria". Rocío Carrasco insiste, no obstante, en que ella no tenía "ni la más remota idea".

El primer proyecto

En el año 2007, el entonces alcalde de la ciudad gaditana, Manuel García, se pone en contacto con Rocío Carrasco para contarle que quieren abrir un museo dedicado a Rocío Jurado. Pero el emplazamiento elegido ya no era el Castillo de Chipiona, sino el antiguo cine de invierno, que sería demolido para crear un complejo cultural dedicado a la artista.

"Se me presenta un proyecto con todos los planos de cómo sería", explica Rocío. Ese proyecto recogía la creación de "un Teatro Municipal, un Centro Cultural y aparcamientos en subterráneo".

Pero la obra finalmente no pudo salir adelante porque los techos del cine contenían amianto. "Tienes que contratar a una empresa que lo limpie bien o dejar reposar ese espacio unos años. Por lo tanto, no era viable realizar el museo en ese espacio", relata la protagonista del documental.

Subvenciones irregulares

El ayuntamiento de Chipiona pidió varias subvenciones agrarias para construir el museo. Mediaset

Cuando el proyecto de crear el museo en el antiguo cine se descarta, el ayuntamiento decide entonces trasladarlo a las naves Niño de Oro, que estaban destinadas a un uso agrícola. Para poder rehabilitar esas instalaciones, la Corporación pide, a través de la empresa municipal Caepionis, varias subvenciones al Ministerio de Industria.

Según el desglose mostrado en el documental, esas ayudas estaban destinadas a la industrialización de las naves. No obstante, la cuantía destinada a la "finalización de rehabilitación", que ascendía a 925.000 euros, sería en realidad utilizada para la creación del museo.

Esto quiere decir, por tanto, que el ayuntamiento de Chipiona utilizó unas subvenciones agrarias para construir el Museo Rocío Jurado, una irregularidad que acabó en los tribunales y por la que el ente municipal tuvo que devolver las ayudas.

Cambio de alcaldía

Una vez realizada la obra de las naves, el ayuntamiento encarga a Caepionis el equipamiento de las mismas, esa empresa a su vez contrata a Área 3, que cuenta con Amador Mohedano para un puesto no especificado.

En junio de 2011, Antonio Peña es elegido alcalde de Chipiona y su equipo observa que las subvenciones destinadas a las naves se han empleado de forma incorrecta. Así, el nuevo regidor encarga una auditoría y, después de tres años de minucioso estudio de las cuentas, se confirma que existen irregularidades.

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El 7 de marzo de 2013, Rocío Carrasco escribe una carta al alcalde para pedir explicaciones sobre el asunto y, a su vez, reiterar que ella no está vinculada a la gestión económica o urbanística del proyecto. Sin embargo, nunca se le aportó la documentación solicitada para aclarar el tema.

Acusaciones a Rocío

Entre 2011 y 2014, el proyecto del museo estuvo paralizado. A pesar de ello, la familia Mohedano siguió hablando con el ayuntamiento a espaldas de Rocío Carrasco, mientras que se encargaban de culparla a ella en los medios por el retraso de la apertura, asegurando que no había llegado a un acuerdo económico.

Pese a todas las acusaciones y reproches, no es hasta junio de 2014 cuando se aprueba en pleno destinar la nave al Museo Rocío Jurado. Ese mismo año, el alcalde asegura que el museo está "al 80%", por lo que Rocío Carrasco no era el impedimento para la apertura.

El 7 de julio de 2015, el ayuntamiento emite un comunicado desmintiendo que el retraso se deba a una falta de acuerdo económico con la heredera universal de Rocío Jurado. "Yo no he discutido por dinero con el ayuntamiento nunca, jamás en mi vida", asevera Rocío.

La realidad del proyecto

Luis Mario Aparcero, actual alcalde de Chipiona, defiende a Rocío Carrasco en la docuserie. Mediaset

En mayo de 2019, Luis Mario Aparcero, que había sido alcalde de Chipiona entre 1984 y 2000 con el Partido Socialista, vuelve a ganar las elecciones, en este caso con la formación Unidos por Chipiona.

Al acceder al gobierno municipal, Aparcero se encuentra con que el proyecto del museo no es más que "un edificio a medio terminar, con bastantes deficiencias", tal y como él mismo narra en la docuserie. 

El actual regidor no duda en defender a Rocío Carrasco, asegurando que "ella quería que lo que se ponga en nombre de su madre esté limpio y tenga dignidad". Además, afirma que los familiares de Rocío "no tienen razón" al culparla del retraso de la apertura del museo.

Anaís Peces, directora del documental, le pregunta a Aparcero si elegiría alguno de los dos 'bandos' en esta guerra mediática. "Yo he elegido ya a Rocío Carrasco, en varias ocasiones he dicho públicamente que es la heredera universal y quien va a posibilitar que se abra el museo", asevera.

Rocío, por su parte, finaliza el episodio afirmando que lo único que ha querido es que el museo de su madre "se abra en las condiciones que ella se merecía". "Yo eso no lo iba a hacer con las condiciones en las que estaba el museo. No iba a vincular el nombre de Rocío Jurado con absolutamente nada que no estuviera dentro de la legalidad. Si lo quieren entender, que lo entiendan y si no lo quieren entender, que no lo entiendan, pero eso es lo que hay", sentencia.