Puede que no se apreciase en un primer momento, pero que Antena 3 se hiciese con los derechos de Pasapalabra fue el primer empujón a un castillo de naipes que se le ha ido desmoronando a Telecinco muy poco a poco. Un derrumbamiento que ha terminado confirmado con la desesperada noticia que Mediaset España ha anunciado este jueves: adelantar su prime time.

En este último año y medio, con la llegada de Pasapalabra, Antena 3 ha ido conquistando nuevos territorios paso a paso. Primero fue la franja del programa -en ese momento contra Sálvame Tomate-, después fue el codiciado prime time -la franja más deseada por los anunciantes- y este agosto lograba el liderazgo mensual por primera vez después de tres años. Un ajuste de cartas que ha descolocado tanto en las instalaciones de Telecinco que han empezado a hacer movimientos desesperados y a corto plazo para intentar frenar esta crisis que ya es un hecho.

Mediaset España anunciaba este jueves que su prime time arrancará a partir de la próxima semana a las 20:00 horas. Sin embargo, se trata de una estrategia muy poco estudiada, tomada a toda prisa y con la única intención de frenar el dato del programa de Roberto Leal y el resultado de Antena 3 en horario estelar, que ya se antoja casi inalcanzable.

La nueva programación de Telecinco le permitirá emitir su programa nocturno de 20:00 a 21:00 horas, dando paso a Pedro Piqueras para después continuar a las 22:00 horas. El estreno de su nueva estrategia será el próximo martes con Secret Story, su nuevo reality. Sin embargo, nada se sabe de cómo podrá mantener Telecinco este nuevo estilo de vida cuando emitan una serie, una película, formatos más cortos como Got Talent o incluso los fines de semana.

La nueva medida de Telecinco es tan opaca como en tantas otras ocasiones sucede en la cadena. Esta vez, especialmente, parece ser consecuencia de un arrebato de un día para otro al que nadie del sector televisivo encuentra explicación lógica. Un cambio de rumbo que, si bien tendría que haber sido explicado con calma y estudiado con mucha antelación, desconocen en todas las productoras con las que trabajan en su día a día para que así puedan tomar medidas con sus contenidos.

Como hemos informado durante este año y medio, Antena 3 ha tomado la delantera de manera cada vez mucho más solvente en el horario estelar. Aunque parecía que en Telecinco hacían oídos sordos a este nuevo liderazgo, es cierto que nunca han llegado a mirar para otro lado y siempre ha sido una preocupación para ellos.

El prime time es el horario de mayor consumo y, por tanto, el de mayor inversión publicitaria. El no contar con el apoyo del público en este tramo horario les lleva haciendo daño desde hace muchos meses y la respuesta se antoja ahora rocambolesca y sin sentido para muchos.

¿Por qué no recuperar ‘Sálvame Tomate’?

Sálvame ha sido la columna de Telecinco durante muchos años. Y que se esté tambaleando ha provocado un terremoto en la cadena cómo no se veía desde hace muchos años. Tras la salida de Pasapalabra han sido muchos los que han intentado hacer frente al concurso: El tirón, El precio justo y Alta tensión. Ninguno ha logrado hacerle cosquillas.

El único que parecía mantener un dato aceptable era Sálvame Tomate. Sin embargo, el precio a pagar era demasiado caro. Cinco horas de Sálvame al día ha quemado tanto a su equipo y al formato que ha provocado que Tierra amarga les haya comido la tostada. Los contenidos de Sálvame no dan para tantas horas y en la productora del programa lo saben. Por eso han sido los primeros que han querido dar un paso atrás y rechazar la última hora.

Pero, más allá de eso, Sálvame Tomate nunca ha sido el programa perfecto comercialmente hablando y en Telecinco saben que necesitaban otro plan para poder aspirar a ese deseado minuto de oro que hasta hace dos años conseguían tarde tras tarde con Pasapalabra.

Con el espacio de La Fábrica de la Tele en horas bajas y una programación de Antena 3 que cada vez toma más fuerza, en Telecinco no les queda otra que tirar de sus realities de prime time como último reclamo. Una medidas desesperada que provoca serias y demasiadas dudas: ¿terminarán realmente antes sus programas? ¿cómo funcionarán los programas que no son realities? ¿es una estrategia puntual con ciertos formatos? Y es que las prisas en televisión nunca han sido buenas.