El pasado 21 de febrero, el programa de Telecinco Viva la vida emitía un reportaje de la criminóloga Carmen Bafalgón sobre la misteriosa desaparición de dos jóvenes, Manuela y Virginia, en la noche del 23 de abril de 1992 y que no se había resuelto aún.

“Muy atentos a los que vamos a contar ahora”, comenzaba diciendo Toñi Moreno. “Casi tres décadas después del caso de las niñas desaparecidas en Aguilar de Campo, Palencia, un juez ha reabierto el caso. Lo ha hecho gracias a este programa y sobre todo a una espectadora que vio el reportaje”, aseguró la presentadora.

Y es que un día después de la emisión de aquel programa, una espectadora se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de Aguilar de Campoo para denunciar que a ella y a una amiga les había ocurrido algo similar tres décadas atrás. Según el programa, gracias a esta una nueva prueba se ha reabierto el caso y ya hay un sospechoso que está siendo investigado. 

Sin embargo, según publica el Diario Palentino, la Guardia Civil ha asegurado que "no hay ninguna nueva investigación abierta" en el caso de la desaparición de Virginia Guerrero y Manuela Torres.

'Viva la vida'

El 23 de abril de 1992, Manuela y Virginia se fueron a escondidas desde Aguilar de Campoo hasta Reinosa. Las dos jóvenes de 13 y 14 años se subieron a un Seat 127 conducido por un hombre y nunca se volvió a saber de ellas. Por tanto, el trabajo de Viva la vida ha sido clave en este sentido, ya que durante la emisión del reportaje se pidió la colaboración ciudadana.

Se narró que el sospechoso debía tener unos 21-24 años, se habló de un Seat 127 y del lugar donde sucedieron los hechos, algo que provocó que una espectadora recordara que le había sucedido algo similar a ella y una amiga. “Yo vi el programa de Viva la vida, vi lo del 127, vi la edad que tenía el chico más o menos y donde habían ocurrido los hechos y me dio un vuelco el corazón”, aseguraba la testigo que ha reabierto el caso. 

Emilio Guerrero, hermano de Virginia, intervino en directo en el programa para contar qué siente la familia tras este giro radical en la investigación, ya que llevan 29 años luchando por encontrar a su hermana y a Manuela: "Tengo una sensación de esperanza, alegría y miedo. Siempre conservas esperanza y hay que afrontar la situación para digerir ciertas cosas. Tengo miedo, por supuesto".