Opinión

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Sede de la Fiscalía General del Estado en Madrid./

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Hay multitud de comportamientos sociales, desde individuales a colectivos que necesitan ser regulados. La mera posibilidad de que alguien o algunos puedan abusar de su uso genera la función de algún aparato regulador.

Lo que haría interesante y eficaz la función de este aparato social sería tener claro el ámbito de funcionamiento y la claridad de sus normas.

Un ejemplo: la Fiscalía (ya sea general del estado o particular, de algún juzgado o entidad judicial).

Se supone que alguien tiene que asumir la vigilancia de si se cumplen las normas o no. Pero, al parecer, se considera que hay matices y, por tanto, discusión sobre si ha de intervenirse o no. Es algo discrecional.

Pues quizá sea por la vieja costumbre de profesor, pero me parece útil ver otros organismos en que, teniendo unas normas y siendo estas aceptadas por la colectividad, dado que surgieron con trabajo y redacción adecuada, pueden servir de orientación para la discrecionalidad civil.

Me refiero, por ejemplo, a la IUPAC. Organismo antiguo (de 1919) que regula todo (o casi) lo que tenga que ver con física aplicada y química.

Si hay alguna aseveración que tenga que ver con estos campos y que no esté recogida por la IUPAC, no tendrá la categoría necesaria para ser considerada. Es decir, que cualquier ciudadano que afirme algo fuera del sistema, puede no ser tenido en cuenta.
Pues algo así se podría hacer con los mecanismos "legales". Si alguien no está en la ley, la oficina encargada de vigilarlo daría aviso (de oficio) para que se atenga a la norma.

Esa sería una función de la Fiscalía. Actuar de oficio con lo que hay fuera de la ley. Creo.