Opinión

El pirómano Sánchez

La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, baja de la tribuna en la primera sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez.

La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, baja de la tribuna en la primera sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez. Efe

El pirómano Pedro Sánchez, que ha sido investido como presidente del Gobierno con el apoyo del combustible de los papeles de Puigdemont, antes o después se quemará las manos en una muy probable bronca y corta legislatura. De todos es sabido, pues basta ver las hemerotecas, cuál ha sido su devenir todos estos años, fundado su poder en el engaño, no ya a los españoles, que inocentes le votaron en las pasadas elecciones, sino ya en la pasada legislatura. Negó la amnistía una y otra vez en la campaña electoral, que ahora firma para ser nuevamente presidente de España.

Con motivo de los acuerdos con Junts, necesarios e imprescindibles para seguir en el poder, se han producido en la calle Ferraz de la sede socialista, cargas de la policía contra hechos violentos que rompieron una manifestación, no agresiva y pacífica, por grupos de extrema derecha, encargados de pulverizarla.

Por ello Pedro Sánchez ha llegado a manipular el mensaje, indecentemente, punzantemente, usando el insostenible argumento, en el que la compara con el asalto al Capitolio del 6 de enero en Estados Unidos, cuando Trump zarandeó, a la sociedad americana. Trump va a ser juzgado por ello, porque afortunadamente su sistema judicial es capaz de meter en la cárcel a un presidente del gobierno. Pues hay separación de poderes, cosa que en España ya no habrá con la supervisión del parlamento de las sentencias judiciales. Ni lo está habiendo ya con indultos por decreto y amnistías escandalosas. 

Si en las manifestaciones en toda España por la unión del Estado Español y en contra de la ley de amnistía que permitirá a un prófugo tomar decisiones en el devenir de esta nueva legislatura, la bandera española la usa Pedro Sánchez como un símbolo del fascismo, estaría reconociendo que gobierna un estado fascista. No hay Estado fascista sin un líder que lo soporte. No existe tal líder. Él tampoco lo es.

Las Cortes no han sido asaltadas, no ha habido ningún Golpe de Estado, pues afortunadamente, a pesar de esta indolencia que muestra Pedro Sánchez, dejando ya quemada la idea de la socialdemocracia y de un PSOE constitucionalista y quemando también, con el combustible de los papeles firmados con Junts, parte de nuestra Constitución, nuestra ya madura democracia es bien robusta y fuerte, y aquellos años de Tejero ya forman parte de una historia lejana, no hay español en el que no se suscite su más rotundo y robusto rechazo a aquel hecho.

Sánchez y sus socios niegan todo posible atisbo de oposición, pues según su ideología de nueva creación son los fascistas que no han de llegar nunca al poder, pues según él no son progresistas y sí herederos del dictador Franco. Así que abiertamente está reconociendo que gobierna para que su imaginario fascismo no asalte las Cortes. Sólo ese gran miedo justificaría su actuación.

Los votantes del PP, e incluso los votantes de Vox, no son fascistas. Por ello está muy confundido el líder socialista, nuestra democracia no puede por ello ponerse en peligro, sino por los nacionalistas que tienen mucho papel en blanco por escribir, en la entrante legislatura. Cada vez que Pedro Sánchez firme este combustible, lo irá quemando todo: el Estado Español Constitucional.

Como español me gustaría confiar en usted, presidente, para que pudiera ver los riesgos de la ruptura de España con su gestión. Tire por ello las cerillas, y eche agua a los páginas bien escritas de la Constitución que juró la princesa Leonor, en el acto en el que, por cierto, usted estuvo y por tanto apoyó. No se deje engañar por sus nuevos socios, y no haga más incendios. No haga su propio asalto a las Cortes. Confío en usted en este sentido, pues si está donde está, es por la monarquía parlamentaria de España.