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La Patria

Guardias Civiles desfilan en el centro de Valdemoro./ Archivo

Guardias Civiles desfilan en el centro de Valdemoro./ Archivo

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Aún recuerdo el brindis en mi casa ante las primeras elecciones que Felipe González ganó en esta democracia de la Constitución del 78 que todos construimos. Ese brindis nació desde el sentimiento. El sentimiento patriótico no se puede exigir. Sin embargo, tampoco se puede quitar. Según Pablo Iglesias, la Guardia Civil no tiene que defender ese sentimiento, me parece muy bien que lo exija, pero habría que preguntar si la Guardia Civil lo siente o no, o le suena a algo rancio como a Unidas Podemos.

La democracia la defendemos todos los españoles cada día, desde las estructuras de poder, en el Estado español, en las comunidades autónomas, desde los ayuntamientos o diputaciones, que todos cada cuatro años podemos votar como derecho que se establece en la Constitución. La democracia es la palabra más “manoseada” por estos políticos que hablan de yates e higiene femenina como solución al buen balance de las cuentas de la recuperación económica, o que exigen vocalizar tras la mascarilla al representante de Murcia usándola en su propio beneficio.

Sin duda desde que en los medios se les diera pábulo, “Podemos” ha llegado al poder. Y a pesar de que las encuestas en intención de voto les den un 9% menos, la policía patriótica le sigue dando miedo, pues no se estaría encargando de quitar de sopetón a las personas que se manifiestan en libertad en la calle cerca de su casa. Esta policía patriótica, entiendo, debe de ser la Guardia Civil. La patria es un sentimiento sujeto a la nación.

No se puede exigir que el sentimiento patriótico se desarrolle en los nacionales o inmigrantes que desean desarrollar una vida próspera en el territorio que la delimita con sus pros y sus contras.

En Estados Unidos, un país per se patriótico y democrático, se está socavando la credibilidad de su presidente estos días por grabaciones hechas en libertad desde su conocimiento de la gravedad del virus en febrero a un reconocido periodista. Quedo perplejo cómo este presidente sale orgulloso de esta verdad evidente y la utiliza en su propio beneficio. Desde el periodismo bien hecho, sin engaño posible, se le ha caído la máscara en el manejo de la pandemia.

No se puede comparar al periodista que ha entrevistado en febrero al presidente Trump, con las grabaciones que salen estos días contra el Partido Popular, otras contra el PSOE en su día o contra el Rey Emérito, por un policía corrupto que pretende, desde la cárcel, desestabilizar la democracia española que ahora tendría que defender la Guardia Civil. Me queda claro que Pablo Iglesias no siente la patria, al menos también la tranquilidad de saberse español y demócrata.

“Seguiré siendo español” dijo Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados en la moción de censura. No sé si siente la patria. Habría que preguntárselo, tampoco si la Guardia Civil tiene que garantizar el sentimiento patriótico por los españoles. Al menos quedo tranquilo de que Unidas Podemos exija desde las máscaras que defienda esta democracia.