Opinión

Marcelino señala el camino

Marcelino García Toral, en elprimer partido de Liga.

Marcelino García Toral, en elprimer partido de Liga. EFE

  1. Opinión
  2. Blog del suscriptor

El Valencia ha recuperado la fe. Lo dicen los números y lo demuestra la contundente victoria ante el Sevilla (4-0). Un triunfo que confirma las sensaciones emitidas por el grupo de Marcelino desde el inicio de temporada. Es un equipo entusiasmado. “Queda mucho por recorrer pero qué lindo pinta este Valencia. Amunt”, afirmó Fabián Ayala, ex jugador del Valencia campeón con Rafa Benítez en el banquillo, tras la victoria del equipo en el Benito Villamarín por 3-6. Este Valencia es un equipo de autor y Marcelino es su guía.

No es nada sencillo hacer lo que ha conseguido el asturiano en los cuatro meses que lleva al frente del conjunto ché. Ha levantado a un gigante que estaba dormido. El camino lo inició Voro y el asturiano ha sabido darle continuidad. Lejos de los años anteriores en los que Peter Lim, dueño del club, dilapidó dinero a espuertas, con el consejo de Mendes, un tipo peligroso en escenarios como el que presentaba el Valencia con la llegada del magnate, Marcelino y Mateo Alemany, director general del club, han puesto cordura a un club que en los últimos años ha dudado de todo. Especialmente de sí mismo.

Lo primero que realizó el técnico fue una limpia en el vestuario. Quería gente comprometida con el proyecto. Algo que distingue a los equipos de Marcelino es la convicción. Si falta, le sucede como en Sevilla, donde él mismo reconoció no haber sabido convencer al grupo de su trabajo. Fue cesado tras 27 partidos en el banquillo de Nervión.

La crisis de la temporada pasada dejó, pese a todo, buenas noticias. Los momentos críticos en el Valencia siempre se superaron a golpe de sacudida social. Siempre criticada, en el haber de la afición valencianista también está el apoyo a los suyos en los momentos más difíciles. El coquetear con el descenso durante muchas jornadas del curso hizo apretar filas en la hinchada, ahora henchida de orgullo por el buen papel de los suyos.

Durante el dramático curso pasado, con tres entrenadores y un clima irrespirable, aparecieron actores llamados a marcar un importante ciclo en la entidad. En momentos críticos toda institución necesita personas que la doten de identidad. Voro, precursor del camino seguido por Marcelino, dio pista a Carlos Soler y le encumbró como emblema del nuevo Valencia que estaba despertando. Desde la banda, alejado del mediocentro por la irrupción de Kondogbia, el canterano dota de personalidad el juego del conjunto ché. Una figura que recuerda a la irrupción de Mata, única buena noticia del aciago paso de Ronald Koeman por Valencia.

El Valencia es un equipo con las ideas claras. Sabe lo que quiere y cuenta con las herramientas para ello. Marcelino tenía muy claro la necesidad del orden en una institución convulsa donde las haya, en la que los líos institucionales suelen incendiar el vestuario. Mientras Alemany negociaba con PSG, Inter o United, él se encargaba de persuadir a Guedes, Kondogbia o Pereira de su encaje en el Valencia que dibujaba.

Los resultados muestran su acierto. A estas alturas de temporada, el año pasado el conjunto ché acumulaba 6 derrotas, con 13 goles a favor y 18 en contra. Hoy, sigue invicto en esta Liga y acumula 25 goles a favor y sólo 10 en contra. Es segundo a cuatro puntos del líder.

Si importantes han sido las incorporaciones, la revitalización de los que ya estaban ha resultado fundamental. Zaza y Rodrigo se han consolidado como una de las parejas de ataque más solventes del campeonato, suman 13 goles entre los dos, mientras que Parejo da rienda suelta a su juego con balón al tener la seguridad que da la presencia de un hombre como Kondogbia, que vuelve a destacar en el panorama internacional tras unos años grises en el Inter.

El encuentro ante el Sevilla mostró todas las virtudes de este Valencia de nuevo cuño. Históricamente dotado de una gran fortaleza defensiva, el conjunto valencianista destaca además por una verticalidad que potencia las virtudes de sus figuras a la par que eleva el nivel colectivo. Rodrigo, siempre cuestionado desde su llegada, ha afilado su juego hasta formar con Guedes y Zaza una sociedad imparable. La constante alternancia de posiciones, unido a un repliegue sin balón excelso, dotan a este Valencia de excelentes armas para ser noticia este curso.

En el gran nivel colectivo destaca sobre todos una figura. Gonçalo Guedes, a sus 20 años, ha encontrado su ecosistema en el 4-4-2 dispuesto por Marcelino. Todo lo que toca genera peligro, y más allá del gol, su gran precisión con el balón delatan a una gran estrella en ciernes. Veremos. De momento, es la gran sensación de este Valencia en el que Marcelino ha puesto sentido común. Él señala el camino.