Opinión

Yihad

Uno de los miembros de EI hablando en el vídeo.

Uno de los miembros de EI hablando en el vídeo.

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El día 11 de septiembre de 2001, el mundo occidental tuvo conocimiento, a través de los atentados perpetrados en EE.UU., de la existencia de la yihad y desde entonces por diferentes partes del mundo continúa esta guerra ideológica extendiéndose sin parar.

El término árabe yihad, tiene una doble connotación, bien para referirse a la lucha interior contra el ego, la lucha para mejorarse que cada musulmán debe de realizar o bien a la utilización de las armas, según el versículo del Corán denominado versículo de la espada, versículo 2 Capítulo 191 del Corán. Dice así: matadles donde quiera que los encontréis y expulsadles de donde os hayan expulsado. Aguantar la oposición o la persecución es peor que matar. Por lo que llegados a este punto, afirmar que los yihadistas no son musulmanes es igual que afirmar que los inquisidores o los cruzados no eran cristianos.

Ante esta amenaza global, las soluciones que se deban tomar deben ser también globales. No cabe la indiferencia ya que para los terroristas islámicos sólo existe la alternativa de imponer el Islam a través de la espada.

Desgraciadamente tras los atentados perpetrados en Cataluña estamos asistiendo, además del inmenso dolor que ha supuesto esta tragedia, a una imagen de falta de coordinación entre los diversos cuerpos policiales del Estado, de ser cierto que no se permitiera el acceso a los Tedax de la Guardia Civil a la casa de Alcanar o la solicitud de información de la policía belga a los Mossos sobre el imán de Ripoll que no fue compartida. Y como ejemplo de todo ello, la concesión de la medalla de oro sólo a los Mossos, servicios de emergencias y policías locales de Barcelona y Cambrils por su trabajo durante los atentados, excluyendo a Policía Nacional y Guardia Civil. Un claro ejemplo de cómo la política a veces lo trastoca y lo corrompe todo. Ha tenido que ser el propio juez que lleva la investigación quien ha puesto un poco de orden entre los cuerpos policiales.

O remamos todos en la misma dirección o este barco, llamado España, que ya ha ha sufrido algún que otro golpe en la línea de flotación difícilmente podrá navegar en condiciones. Más inversión en seguridad pública e inteligencia , más efectivos y menos recortes. Pero sobre todo y ante todo, una mayor voluntad política para trabajar conjuntamente. Ya no vale tirar la piedra y esconder la mano.

Por lo que respecta a las comunidades musulmanas de nuestro país, son ellas las más interesadas en acabar con esta lacra que lo único que provoca son aires de exclusión que favorecerán el radicalismo y el extremismo en ambas direcciones.