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La atención se acaba en tus servicios sociales

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A la atención del Ayuntamiento de Madrid, al señor Nacho Murgui Parra, a las empresas dedicadas a los servicios sociales, a la Comunidad de Madrid y por supuesto, a la atención de todos los madrileños:

Aún sabiendo la mala situación de los trabajadores de lo social en su conjunto y en todas sus especialidades, esta denuncia se centra en los profesionales de los Centros de Atención a la Infancia (CAI).

PRIMERO: Sabiendo que éstos profesionales tienen la labor en los CAI de proporcionar servicios de atención social especializada para menores (0 a 17 años) en situación de desprotección social, observamos la poca seriedad en cuanto a la contratación de personal que se realiza, siendo patética la cifra de 3 educadores de lo social o 3 trabajadores de lo social o 1 psicólogo para el CAI.

Más aún mirando las cifras que la Comunidad de Madrid proporciona en cuanto a niños en situación de riesgo, que va en aumento. Recordemos que ésta labor es un servicio que el Ayuntamiento asume no porque nos haga un favor si no porque es un servicio que da el Estado y que a nadie se le olvide, que lo pagamos, por ello todos nosotros estamos en la obligación de alzar la voz y procurar un buen funcionamiento y unas buenas condiciones para nuestros compañeros de los CAI. El nivel de requisitos que les exigen pasa por titulación universitaria, 150 horas de formación y además experiencia demostrable creo que roza lo abusivo.

SEGUNDO: Que aquellos profesionales de lo social no tienen la oportunidad porque no hay, no salen, no convocan, de estabilizar su vida con una plaza de funcionario, con un trabajo que no dependa de pliegos. ¿Por qué no se convocan plazas de educador social? Acaso hay algún tipo de alergia que impida que estos profesionales puedan trabajar para la administración y no para una empresa concursante que casualmente siempre es la misma, con un sueldo que cada año que pasa se empequeñece. Señor Miguel Murgui, ¿no son importantes los trabajadores de lo social? ¿No merece la pena partirse la cara por conseguir al fin una convocatoria de plazas digna para dichos profesionales? ¿Seguirán mucho tiempo en la situación de 10 plazas cada mucho tiempo y para Madrid que ni se huela esa convocatoria? ¿Dónde está Ahora Madrid? ¿Dónde están los que defienden lo público? ¿Dónde quedó lo que nos vendían? ¿Todo mentira? Parece que sí.

TERCERO: No sólo el sueldo se aleja de la remota de idea de subirlo, es como en una balsa navegando hacia a la nada, también el horario se alarga como la luz del sol en pleno verano. Un horario de 8 a 15 y de 16 a 20:00, por el mismo dinero y trabajar dos tardes más cada profesional de lo social, obligatorio y condición (pliego). No es que sea algo escandaloso, lo que sí es vergonzoso es que los que promulgan aquella lucha imaginaria de buenas condiciones para sus trabajadores (Ayuntamiento) estén dejando un legado peor que el anterior y desastroso gobierno de Ana Botella. Que se reconozca esa subida de horas, no se ve, no se gratifica, las condiciones van a peor y seguirán cayendo. Podemos comprobar cómo esa subida de jornada ni si quiera se corresponde con las que fueran las famosas horas de Rajoy como muchos, sobretodo del sector sanitario, las bautizamos. Ésta es la realidad de la empresa privada y el criterio de quien elige. No calidad, no medios, no salario, ¿quién tuvo la magnífica idea del prorrateo de pagas.

CUARTO: Todo esto llevado a cabo por la empresa que gana el concurso que tiene que obedecer las condiciones que el Ayuntamiento saca en el pliego, aquel concurso que parece sacado del programa un, dos, tres, en cualquier momento puede aparecer la Bombi con una nueva condición, de risa, es gracioso para los espectadores hasta que giras la cabeza y ves que tu amigo, vecino, o tu mismo, tienes que acudir a un centro de atención a la infancia y la calidad en los pliegos no es lo importante, ¿qué es lo importante? El dinero, el que me nos da se lo lleva, o puede que el que mejores contactos tenga…

No entremos en aquello, pero hay que tenerlo en cuenta. Cuanto más duros de ahorren mejor, da igual que sus profesionales estén en condiciones de antaño, lo que les importa es el dinero. En mi opinión, estos centros deberían ser totalmente públicos, nada de empresas, de concesionarias, pero claro, ¿Cómo hacerlo si hasta para sacar 50 tristes plazas lo paralizan una y otra vez? En Madrid, la capital, desamparada y no es exagerado decirlo que para 50 plazas de un colectivo que sufre la inexistencia de éstas convocatorias durante años, no sean capaces de llevarlo adelante…