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Pocas cosas buenas tiene el frío, pero en lo más alto de esa lista están los pucheros, los platos de cuchara y todas esas recetas tradicionales que abrigan el cuerpo cuando llega el invierno.

A veces, para cocinar algo sabroso y que guste a todos, no hace falta complicarse la vida. ¿A quién no le apetecen unas buenas croquetas o unas albóndigas? Son platos sencillos, de los de siempre, que nunca fallan.

Pero si lo que buscas es innovar sin renunciar a lo tradicional, hay una receta aragonesa que enamora a los amantes del pescado: las albóndigas de bacalao.

El bacalao, además, tiene una gran utilidad y versatilidad en la cocina. Se puede preparar de mil maneras distintas y adaptarlo a todo tipo de platos: en croquetas, a la plancha, al horno, al pil-pil… y por supuesto, en unas albóndigas que combinan tradición, sabor y un toque diferente perfecto para los días fríos.

Albóndigas de bacalao

Las albóndigas de pescado están tan ricas como las de carne, a pesar de que las preparamos en menos ocasiones. El mix de la carne blanca del bacalao con una salsa que invita a mojar el pan para untar, se convierte en uno de esos platos que recuerda cualquier invitado.

Para preparar unas buenas albóndigas de bacalao, lo ideal es partir de migas ya desaladas o de recortes de filetes frescos. El pescado se pica muy fino, como si fuera carne, y se mezcla en un bol con perejil, un poco de ajo, pan remojado en leche y huevo que ayudará a ligar la masa.

Cuando la mezcla tenga consistencia, se forman pequeñas bolas para dar la forma de la albóndiga y se rebozan ligeramente en harina. Bastará con freírlas unos segundos en aceite caliente para que tomen color. Luego se dejan reposar sobre papel absorbente mientras seguimos con la receta.

La salsa, como en la mayoría de platos, es la clave. Para hacerla correctamente hay que pochar la cebolla muy picadita hasta que quede tierna y mojarla con un chorrito de vino blanco para darle aroma.

A continuación, se añade caldo de pescado (o fumet) y, tras unos minutos de cocción suave, se incorpora el tomate frito antes de triturar todo hasta lograr una salsa cremosa.

Por último, las albóndigas se dejan cocinar dentro de esta salsa unos minutos para que vayan cogiendo sabor. Algunas versiones incluyen patata cocida triturada con el bacalao, o una base de harina tostada con tomate.

Sea cual sea el método, el resultado es un plato caliente, casero y perfecto para combatir estos días fríos de otoño.

Ingredientes

Ingredientes

  • 400 gramos de bacalao desalado
  • 600 gramos de patata
  • 2 huevos
  • 2 dientes de ajo
  • Unas ramitas de perejil
  • Miga de pan 100 gramos
  • Media cebolla
  • Leche 60 ml
  • Una cucharada de pan rayado
  • Vino blanco 60 ml
  • Aceite de oliva virgen extra (tres cucharadas)
  • 2 cucharadas de harina de trigo
  • 2 tomates picados
  • Fumet de pescado 200 ml
  • Salsa de tomate

Paso 1

Picar el bacalao muy fino y mezclarlo con perejil, ajo, pan remojado en leche y los huevos hasta formar una masa homogénea.

Paso 2

Hacer bolitas de las albóndigas, pasarlas por harina y freírlas ligeramente. Acto seguido, mantenerlo reservado.

Paso 3

A continuación hay que pochar cebolla, añadir el vino blanco, reducir, incorporar el fumet de pescado y luego tomate frito.

Paso 4

Proceder a triturarlo.

Paso 5

Introducir las albóndigas en la salsa y dejar que hiervan suavemente unos minutos para que tomen sabor.