
Mostrador de la nueva cafetería.
Lorena Cabulea, al frente de una nueva cafetería en Zaragoza: "Me llena el corazón ver las reseñas de Google"
Plaxinta lleva poco más de dos meses abierta, pero su brunch balcánico ya ha conquistado a muchos zaragozanos.
Más información: José Martínez, propietario de un nuevo bar en Zaragoza: "La anchoa en salmuera y el guardia civil están triunfando"
La oferta de cafeterías en Zaragoza no para de crecer. Salir a desayunar o a merendar es uno de los planes favoritos de muchos y la moda del brunch está más fuerte que nunca. Sin embargo, a veces se echa de menos la apertura de espacios con una propuesta diferente, fresca y única.
Por ello, Zaragoza ha acogido con los brazos abiertos una nueva cafetería ubicada en la calle de Fuendejalón, 4. Se llama Plaxinta, abrió el pasado 1 de abril y se caracteriza por sus desayunos tradicionales balcánicos. Su dueña es Lorena Cabulea, originaria de la zona de Transilvania, pero afincada en la ciudad aragonesa desde hace 23 años.
La inquietud de abrir una pastelería le perseguía desde hace tiempo, pero sabía que este negocio requería mucho esfuerzo y recursos. Entonces, decidió empezar abriendo una cafetería, que era algo “más fácil”, y así nace Plaxinta, un lugar como ninguno. “No hay nada parecido en Zaragoza y quería enseñarle algo de la tradición de mi país al público español”, defiende la dueña.
“El nombre del local viene de la plăcintă, un producto tradicional de Transilvania. Cuando las abuelas hacían el pan en el horno, apartaban una masa y la llenaban con lo que tenían, con frutas, ciruelas, manzanas… Lo he adaptado con la ‘x’ para que suene bien y todo español lo entienda”, cuenta Lorena Cabulea sobre su establecimiento.
Cada cuarto de plăcintă, dulces o saladas, cuesta tan solo 2,50 euros y se puede acompañar con un café o con una taza de leche fermentada, muy típica en Rumanía. No obstante, esta plăcintă hecha por la dueña no es “el producto estrella” de la cafetería, ya que lo que más demandan los clientes es su desayuno/brunch balcánico.

Brunch balcánico.
Este ‘balkan brunch’ es un plato combinado que lleva embutido ahumado (salami, chorizo, tocino), huevo duro, queso y vegetales. Además, va precedido de un chupito de orujo que prepara el estómago y acompañado también del tradicional vaso de leche fermentada.
“Ese era el almuerzo de los paisanos antes de ir al campo a trabajar, almorzaban bien porque se pasaban todo el día fuera y tenían que aguantar”, añade Lorena.
Eso sí, en su acogedor local se puede disfrutar de este brunch a cualquier hora del día, pues Lorena Cabulea está siempre dispuesta a prepararlo: “Me da igual si vienes a las 10, a las 11, a las 13 o por la noche. Los rumanos somos así, comemos a cualquier hora”.

Trozos de placinta.
“No es tan diferente a lo que había aquí. Tengo abuelas que vienen a merendar placinta dulce con café y me dicen que les recuerda a lo que hacían sus madres”, reconoce con asombro.
Una gran acogida
Manteniendo esa ilusión con la que la emprendedora abrió su cafetería, explica con felicidad la gran acogida que ha tenido en el barrio. “Ha sido fenomenal, la gente me apoya muchísimo y me dice que hacía falta un local así, con encanto, buen ambiente, buena comida y buen café”, expresa Lorena agradecida a todos los vecinos.

Fachada exterior de la cafetería.
En ese sentido, sabía que al ser una propuesta diferente podía llegar a gustar mucho. Está claro que así ha sido, al menos, así se lo están transmitiendo los clientes. “Me pone súper contenta cuando vienen españoles, lo prueban y me dicen que está buenísimo, que les encanta. De hecho, en las reseñas de Google veo que gusta muchísimo y eso me llena el corazón cuando lo veo”.