Zaragoza
Publicada

Solo de pensar en la receta, ¡ya empiezo a salivar! He de reconocer que no soy de morro fino y que disfruto con casi todo, pero la cena que suele hacer mi abuela todas las semanas es una auténtica delicia. Lo bueno no está reñido con lo sencillo, y este plato se prepara en 10 minutos y apenas hay que manchar nada.

Últimamente, la vida se ha acelerado, y de lunes a viernes no hay tiempo (y a menudo tampoco ganas) para estar varias horas en la cocina, por lo que las recetas sencillas, rápidas y, además, buenas para la salud son codiciadas por todos.

Para una cena proteica, saciante y deliciosa, mi abuela cuenta con un gran aliado: el calabacín. Aunque no te gusten las verduras, sigue leyendo, que preparado de esta forma te solucionará la vida más de una vez.

El calabacín es una hortaliza muy versátil, podríamos decir que es incluso camaleónica, pues tiene la capacidad de hacerse pasar por lo que no es. Podemos cortarla en láminas y utilizarlas para preparar lasañas o canelones o cortarlos con un espiralizador de verduras y hacerlos pasar por espaguetis.

Aparte de las eternas cremas de calabacín o de los socorridos pistos, el calabacín se luce cuando se utiliza en pasteles o en tortillas, cuando se cocina a la plancha o rebozado y sorprende a todos cuando se utiliza crudo o en bizcochos. Un alimento que, además, aporta muy pocas calorías. Dependiendo de la forma de preparación, puede ser una hortaliza muy adecuada para dietas de pérdida de peso.

Una cena rápida y deliciosa

Una de las ventajas que ofrece el calabacín para los que no son muy amantes de las verduras es que se cocina muy rápido, algo que todos necesitamos para esos días en los que la vida no nos da para más o, simplemente, no queremos complicarnos la vida. Cuando se trata de preparar algo de cenar en un momento, una cosa que siempre triunfa en casa de mi abuela son los pastelitos salados, se hacen en el microondas y se puede aprovechar cualquier cosa de la nevera.

Para la versión de mi abuela solo hacen falta cinco ingredientes: calabacín, huevo, atún, pimientos del piquillo y queso feta. El resultado es una excelente opción para una cena ligera y equilibrada, ya que combinan proteínas de alta calidad, vegetales ricos en fibra y grasas saludables en una receta que cualquiera, aunque no sepa nada de cocina, la puede preparar con éxito.

El atún es una fuente de proteínas de fácil digestión y aporta ácidos grasos omega-3, fundamentales para la salud cardiovascular y el buen funcionamiento del cerebro. Además, contiene minerales esenciales como el selenio y el yodo, que favorecen el metabolismo y la función tiroidea.

El queso feta y los huevos suman proteínas de alta calidad y grasas saludables. El queso feta, aunque en cantidades moderadas, proporciona calcio y fósforo, esenciales para la salud ósea. Los huevos, además de ser una excelente fuente de proteínas completas, contienen colina, un nutrientes clave para el funcionamiento de nuestro cuerpo.