En 1932 se fundó el Real Zaragoza, un club que poco a poco fue ganando grandeza, reconocimiento y masa social, a la vez que peleaba con los mejores de España e incluso de Europa. Sin embargo, camino de la celebración de su centenario, la entidad zaragozana vive el peor momento de su historia.
Actualmente, el conjunto aragonés es colista de la segunda categoría del fútbol español. Una situación límite, aunque todavía queda mucha temporada por delante, que ha provocado un estado de preocupación en la ciudad y en la afición. De hecho, este mismo domingo, antes del encuentro frente al Deportivo de La Coruña, hay programada una concentración para protestar contra la actual propiedad.
A pesar de que los resultados no acompañen y haya poco a lo que agarrarse tras tres años consecutivos peleando por no descender y 13 en Segunda División, la esperanza es lo último que se pierde en el zaragocismo.
Y es que el Real Zaragoza podrá cambiar de propiedad, de entrenador o de jugadores; podrá cambiar de campo o perder la categoría, pero lo que jamás cambiará es el apoyo incondicional de su afición. La llama del zaragocismo es algo que, pasen los años que pasen, y esté en la situación que esté, nunca se apagará. El zaragocismo es una forma de vida, aunque a veces se la quite a muchos.
De esta forma, para aquellos seguidores que han vivido las mejores épocas del Real Zaragoza, la situación actual resulta algo “inimaginable”. Así lo manifiestan dos veteranos zaragocistas, Agustín Martín, de 85 años, y Miguel Viaplana, de 82, quienes también muestran su plena confianza en que el equipo se salve.
Agustín, zaragocista de cuna
Agustín Martín es uno de esos aficionados que no entiende su vida sin el Real Zaragoza. Su padre había sido atleta del Real Zaragoza y le inculcó el sentimiento desde pequeño. Así pues, a los 4 años fue por primera vez al campo de Torrero a ver un partido en directo.
“Fue contra el Atlético de Bilbao de Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza. Fue una eliminatoria de Copa del Generalísimo. Había caído 3-0 en Bilbao. Y en Torrero, el Zaragoza le metió 4-0 y lo eliminó”, recuerda.
Y siguiendo con al pasado, Agustín afina memoria y se emociona al rememorar las maravillosas eliminatorias de la Copa de Ferias con ‘Los Magníficos’. “Las recordaré toda mi vida”, asegura.
Por ejemplo, se acuerda “como si fuera ahora” de una eliminatoria contra el Dunfermline escocés. “Cogió un balón Juan Manuel Villa, dibló a todos los que salían por el campo hasta llegar a la portería y metió un golazo que nos dio el pase”, detalla.
También menciona las goleadas de ‘Los Zaraguayos’, o como no, la celebración del gran título de la historia del Real Zaragoza, la Recopa del 95. “Desperté a mi mujer que estaba durmiendo y nos fuimos a la plaza de España a celebrarlo. Nos bebimos una botella de champán con la plaza a rebosar”.
Sin embargo, bien sabe Agustín Martín, como todo el zaragocismo, que aquellos tiempos pertenecen al pasado y la realidad del Real Zaragoza es completamente distinta en el presente.
“El Zaragoza que he visto durante 80 años no se puede comparar con lo de ahora, con estos 13 desastrosos años”, afirma el veterano aficionado. Por ello, reconoce que “nunca se le hubiera pasado por la cabeza a nadie vivir esto”.
“Es muy triste con todo lo que ha sido el Real Zaragoza. No hay derecho. Y que una capital de 800.000 habitantes no tenga equipo en Primera...”, lamenta.
Esperanza en la salvación
Aunque hace unas temporadas dejó de sacarse el abono para ir al campo, sigue viendo cada partido del Real Zaragoza, con nervios y sufrimiento. También con esperanza. En este aspecto, confía en que el equipo estará colista “pocas jornadas” y admite que le gustó la primera parte de Gijón.
“Vi otro Zaragoza. Me da algo de confianza Sellés. La esperanza no la podemos perder”, declara con fe este zaragocista, que cada semana echa la quiniela apostando por la victoria para el Real Zaragoza. “El domingo vamos a ganar al Deportivo”, defiende.
Eso sí, es realista y sabe que esta temporada va a tocar sufrir “más de lo debido”, pero cree que descender es “imposible”. A su juicio, “todo depende del entrenador” y en 13 años “no ha habido ninguno bueno”. Eso para él es “fundamental”, así como cuidar la cantera.
En definitiva, para alguien que ha celebrado títulos y partidos memorables, o que ha vivido noches históricas, ver al Real Zaragoza en esta situación da “rabia y coraje”. “Siento una sensación de malestar en mi cuerpo, sufro en demasía”, expresa.
Pero, pase lo que pase, siempre estará alentando al Real Zaragoza y el “aúpa Zaragoza” no faltará en sus conversaciones.
Miguel Viaplana, peñista pionero
Con el mismo sentimiento se expresa también Miguel Viaplana, un zaragocista de 82 años, impulsor de la Federación de Peñas del Real Zaragoza y presidente durante 10 años de la peña Los Aúpas, la más antigua (desde 1953).
En su caso, también es zaragocista desde pequeño: “Fui abonado de niño, me fui de Zaragoza por trabajo y desde que volví llevo otros 42 años abonado, aunque este me he quitado”. Eso sí, mantiene el sitio y la antigüedad para la Nueva Romareda con el carné de socio.
Para él, sus mejores recuerdos fueron los años de la Recopa, porque entonces estaban en la Federación y tenía relación con los futbolistas y la directiva.
Miguel Viaplana comparte el dolor y siente “pena y lástima” al contemplar a un histórico club en tales circunstancias: “Es tristísimo. Con todo lo que hemos sido y a lo que hemos llegado. Eso es lo que me duele”.
“Hace años era inimaginable, pero una vez se hizo cargo Agapito, ya vimos que aquello iba hacia abajo. Ahora estamos peor todavía”, reflexiona y rechaza la gestión de la actual propiedad. “Han pagado un porcentaje muy elevado de deuda, pero en lo deportivo no lo han sabido hacer y se han ventilado todo el zaragocismo”.
Pese a todo, confía en que el cuadro blanquillo se salvará este año y algún día volverá a Primera División, “donde se merece estar por historia, palmarés, ciudad y afición”.
