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Este lunes finalizaba el plazo para que el MNAC presentara su oposición a la sentencia que les ordena a devolver las pinturas murales de Sijena. El Museo ha apurado los tiempos, pero ha expuesto al juez por escrito su “incapacidad técnica” para retirar las obras sin que estas sufran “daños irreversibles”.

El MNAC dio el pasado 24 de julio un plazo de siete meses para llevar a cabo la devolución de las pinturas de Sijena a Aragón. Este es el tiempo que desde el Gobierno aragonés se presentó una vez finalizado el periodo de entrega voluntaria en la que el Museo debía devolver los bienes.

Sin embargo, el Museo también ha propuesto un cronograma alternativo para proceder a la devolución de las piezas. Los miembros del Patronato cuestionan el calendario presentado por Aragón, y sostienen que la empresa contratada por la DGA “carece de experiencia y solvencia necesarias” para una actuación “de esta envergadura”.

Desde el Museo barcelonés han presentado nuevos informes que, según su versión, “avalan, ratifican y amplían” los “grandes riesgos” y la “complejidad extrema” de esa operación. A su juicio, estos “confirman su diagnóstico acerca de la extrema fragilidad de las pinturas murales de la Sala Capitular”.

Estos informes, afines a las posturas del MNAC, cuestionan el calendario propuesto por los técnicos aragoneses. La especialista italiana Simona Sajeva sostiene que tanto el plazo como la propuesta técnica ignoran los “graves riesgos” de “dañar de forma irremediable” las pinturas.

Asimismo, el MNAC incluye otro informe del ICCROM (Internacional Centre for Study of the Prevervarion and restoration of Cultural Property), que recomienda “encarecidamente” una evaluación “exhaustiva” de los riesgos antes de iniciar su reubicación.

Estas dos versiones son totalmente opuestas a la postura de los técnicos aragoneses que han visitado el MNAC a lo largo del verano. Natalia Martínez de Pisón, asesora externa al Gobierno de Aragón y experta en el traslado de este tipo de pinturas, no tiene dudas de que el retorno a Sijena es “perfectamente posible”.