Alicante

El fin de la mayoría de las restricciones por la pandemia en la Comunidad Valenciana sigue dejando un sector bien diferenciado del resto, los centros deportivos. La indignación porque se mantenga la obligatoriedad de la mascarilla en ellos al realizar actividades físicas crece en la patronal. Esta lo considera un agravio comparativo con otras autonomías.

La diferencia entre exigir el uso de la mascarilla o no hacerlo en estos casos, según sus cálculos, es de un tercio de la clientela que tenían en marzo de 2020. Es decir, la patronal de Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas calcula que 825.000 personas en toda España no han vuelto a los gimnasios para no tener que hacer deporte con esta protección. Una cifra que no han conseguido recuperar en estos dos años.

Este jueves, antes de que el presidente Ximo Puig anunciase estos cambios tras la reunión de la Comisión Interdepartamental, le enviaban una nueva carta solicitando su eliminación. Y la patronal ha mostrado su asombro después de comprobar que se rechazaba, otra vez, la petición.

Una reacción que se ha producido después de descifrar la confusa explicación del mediodía. En ella se afirmaba que el Gobierno valenciano deja sin efecto "las limitaciones que aún afectaban a actividades físicas y deportivas general". Una regla que se completaba con un "seguirá siendo obligatoria en interiores". Y que desde Sanidad subrayaban por la tarde "de momento, no hay cambio en el uso de las mascarillas en el tema del gimnasio. Sigue siendo necesaria".

Señalados como un peligro

A lo largo de estos meses Juan Carlos Gómez-Pantoja, presidente de esta federación en la Comunidad Valenciana y vicepresidente nacional, ha lamentado el que consideran un señalamiento administrativo del sector por la obligación de llevar mascarilla para evitar contagios. En la carta dirigida a la Generalitat el pasado febrero ya aludían a esta situación: "La implantación de esta medida nos ha señalado como espacios peligrosos, sin datos que así lo demuestren".

Gómez-Pantoja no puede evitar irritarse ante la persistencia de esta medida. Y no deja de poner ejemplos de lo que considera una incongruencia. "En el cine si te compras palomitas puedes estar sin ella, en la restauración o en las discotecas que se la quitan para beber, mientras consumes una actividad deportiva se tendría que poder quitar". 

Y ahí subraya uno de los razonamientos en que se basan: con los ejercicios de alta intensidad es necesario un mayor aporte de oxígeno que no se puede tener si se lleva la mascarilla. Por eso insiste en que "no es cierto que no sea perjudicial porque oxigenas peor. Es como si te pusieras una mano en la boca, ¿respiras mejor o peor?". "Llevar mascarilla con la actividad física es incompatible", sentencia.

No solo se sienten en el lado más perjudicado frente a otros sectores "porque la hostelería y el cine ya han recuperado a su público, pero para el nuestro la mascarilla es un freno, sin duda". Además, sienten que en la Comunidad Valenciana no son receptivos a sus peticiones que consideran razonadas. Cosa que no sucede en Murcia o islas Baleares, afirman, donde la han quitado y en otras comunidades autónomas lo eximen para alto impacto y hemos aportado evidencias científicas.

Su doble posición nacional y autonómica le aporta la correspondiente visión de las gestiones que se tienen que hacer con cada territorio. "La Sanidad está transferida y tenemos que negociar con ellas, independientemente de que hablemos con el Ministerio de Sanidad. Y nos estamos moviendo". 

La carta

En el horizonte siempre mantienen una esperanza, incluso con todas las recientes dificultades que están atravesando. Si enero fue unos de los peores meses de la serie histórica uno, cuando es tradicionalmente de los de mayor ocupación. Ahora esperan al fin de la Semana Santa como uno de los momentos más importantes para conseguir estar en forma en el verano.

Si no se avanza en ese camino, como indican en el texto presentado, "supone un perjuicio para la salud de estas personas y un paso atrás en la lucha contra el sedentarismo". Un factor que les impide lograr su objetivo de demostrar "una mejora sostenible con más personas, más activas y más veces".

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