Alicante

La llegada de la pandemia frenó el mundo y con ellos el acceso a las instalaciones deportivas. Si hasta marzo de 2020 la patronal española del sector calcula que tenían unos cinco millones y medio de usuarios, esa cifra se ha reducido en un tercio desde entonces. Y de estos que no se han reincorporado, 825.000 serían los que se prefieren esperar a que la mascarilla no sea obligatoria.

Juan Carlos Gómez-Pantoja se enerva al repasar estos datos. El vicepresidente de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas recuerda que el caso español es único en Europa. Así se lo han dicho los compañeros de la patronal en el continente, EuropeActive, para que hablen este tema con la Administración y levanten esa imposición. 

"Salvo Murcia, que es la única que lo dice claramente, en el resto de España se mantiene su uso en los gimnasios", critica el vicepresidente de Fneid. Una situación que sienten más hiriente cuando la comparan con las vecinas Francia y Portugal, donde esta no es obligatoria.

Mientras se mantenga esa prohibición, saben que la recuperación del sector seguirá siendo complicada pese a los buenos datos sanitarios. "Nos obligan a llevar la mascarilla y eso es un freno", recalca. Más, añade, cuando septiembre es el mes en el que tradicionalmente se disparan las matriculaciones en los centros deportivos.

Ejercicio con sobrepeso

Gómez-Pantoja entiende lo complicado que puede ser para ciertos usuarios hacer ejercicio con la mascarilla puesta. Y pone de ejemplo a la persona que con veinte o treinta kilos de más se le receta desde la atención primaria, el hacer ejercicio. "A esa persona, que lleva una mochila extra que le destroza las rodillas, le obligas a poner la mascarilla y necesita que no se le suban tanto las pulsaciones. Con la mascarilla le pones un impedimento más porque toma el CO2 que ha consumido", asegura.

La mascarilla es la única medida que queda de las obligaciones sanitarias que han ido marcando en este año y medio las autoridades. Si "seguimos con un 30 % menos de usuarios que antes de la pandemia, pensamos que como mínimo un 50 % de estas personas no puede hacer la práctica deportiva con la mascarilla".

La demanda por las clases en piscinas, donde no es obligatoria la mascarilla, han aumentado.

El empresario adelanta que por ello van a promover "una política de asesoramiento para convencer a las autoridades de que, al hacer ejercicio, es conveniente por salud quitarse la mascarilla". Y con eso hace una apostilla significativa, "somos parte de la solución: hay que recordar que nuestros servicios están claramente relacionados con la salud de la ciudadanía".

El coste de la obesidad

La vinculación que ofrece Gómez-Pantoja es un factor que subraya constantemente en sus intervenciones. "Gracias al esfuerzo del sector, muchísima gente no ha llegado a la UCI porque ha tenido un sistema inmunológico potente", señala. De ahí que recuerde que "en el Congreso y en las Cortes han dicho que es un sector esencial, que hay que protegerlo".

Eso se traduce en dinero. Porque, como insiste Fneid, con la crisis de la pandemia se ha producido un aumento de sobrepeso en la población. Y aquí cita el Estudio de Actividad Física y Prevalencia de Patologías en la Población Española elaborado por el propio Gobierno: "La inactividad física supone en España un coste de 990 millones de euros por su incidencia en enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer de colon y de mama". 

Esa parte es en la que se apoya para recalcar que "es estratégico porque va a ahorrar muchos millones de euros en sanidad y en farmacia". También, concluye, "en pérdida de horas de trabajo, porque la gente en forma cae menos enferma y su productividad es mayor. Linealmente, es tremendo los beneficios que aporta".

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