Alicante
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Si Alicante es la provincia de la Navidad, es natural que se encargue de difundirla por el mundo. Y no con elfos traviesos, sino con gente como Andrés Espí. Su familia lleva 135 años vendiendo turrón lo que le permite enorgullecerse desde su tienda de que "lo llevamos hasta Miami o Japón".

Andrés es hijo de Ángel, a quien define como el promotor de la fama de la firma Espí en Alicante. Él es la cuarta generación de un negocio que comenzó en 1890. Y cuando se detiene entre pedidos a definir su trabajo, lo que hace es "continuar la labor familiar".

Una labor que empieza en Xixona y que en su tienda de la calle López Torregrosa se encarga. Desde este comercio alicantino, salen "a diario multitud de paquetes". Estos envíos suelen ser obsequios que la gente hace a familiares o personas que residen fuera de España.

Espí destaca que los residentes de otras nacionalidades, especialmente hispanoamericanos, "envían a sus respectivos países el turrón nuestro como algún símbolo emblemático de la ciudad".

La lista de destinos es muy extensa, como prueba de la variedad de países que visitan Alicante, con paquetes que llegan "hasta Japón", aunque "Miami es el principal destino". La capital de Florida, destaca, es fundamental como centro de reparto porque mucha gente de toda Sudamérica vive en ella y probablemente desde allí "lo distribuirán a sus respectivos orígenes". Un dulce mensaje para compartir.

Otra cosa es que lo entienda gente que no lo han probado en su vida. Y se le ilumina la cara recordando un envío que hicieron precisamente a Japón, para los familiares de un universitario. Como le contaron luego, el dulce se convirtió en una sorpresa cultural. Los japoneses "no sabían qué hacer con él y lo introdujeron en el microondas para cocinarlo".

En Puerto Rico el turrón es un "icono de la Navidad", igual que en las Islas Canarias, donde la gente también "aprecia muchísimo turrón de buena calidad".

Tres tipos de turrones que elaboran artesanalmente desde Espí en Xixona. Iván Villarejo

Tanto como el atractivo físico del producto. Andrés y su equipo lo saben bien. Por ejemplo, con las latas en las que presentan las conocidas como tartas imperiales a la Familia Real. La elección del material no era baladí; cuando el plástico para envolver los alimentos no era el patrón de la actualidad, se usaba la hojalata: las tortas se envolvían en papel de estraza.

Aunque "la vida ha cambiado", el formato se mantiene. Espí siguió la tradición de su abuelo al poner en el diseño una foto de la Explanada de Alicante, ya que "es un emblema de Alicante".

Como el producto "va para todo el mundo", lleva "un poco de España, lleva un poco de la Explanada, lleva un poco de todo lo que es Alicante en sí".