Cada año, con la llegada del verano, Alicante se convierte en un hervidero de turistas y vecinos que buscan aliviar el calor sofocante bañándose en las playas y piscinas repartidas por toda la provincia.
Esta actividad, una de las más placenteras de la temporada estival, no está exenta de riesgos: el ahogamiento sigue siendo una amenaza silenciosa que cada año se cobra decenas de vidas en todo el país.
De hecho, el mes de junio de 2025 ha sido el más trágico en cuanto a muertes por ahogamiento en los últimos diez años en España. Según datos del Informe Nacional de Ahogamientos elaborado por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS), un total de 73 personas fallecieron por ahogamiento no intencional en aguas españolas tan solo en ese mes.
La Comunitat Valenciana se encuentra entre las comunidades más afectadas, con 17 fallecimientos, una cifra alarmante que ha encendido las alarmas entre las autoridades y los servicios de emergencia.
Dentro de la comunidad, la provincia de Alicante también ha registrado casos trágicos. Las últimas víctimas, dos personas de 73 y 46 años, perdieron la vida este miércoles mientras se bañaban en las playas de Moraira y Altea.
Ante esta realidad, la figura del socorrista cobra una importancia vital. Estos profesionales no solo actúan en caso de emergencia, sino que desempeñan un papel esencial en la prevención de accidentes acuáticos. Es el caso de Patricio Pérez, un joven de 17 años que trabaja como socorrista en varias piscinas de la localidad de Torrevieja.
En declaraciones a El Español, Patricio detalla algunas de las pautas básicas para evitar sustos:
“En las piscinas, lo más importante es seguir siempre las instrucciones del socorrista”, afirma con contundencia.
También lanza una advertencia clara respecto al cuidado de los menores:
“Los niños deben estar siempre acompañados por un adulto. Su seguridad no debe recaer únicamente en el socorrista. Además, es preferible que permanezcan en zonas donde hagan pie y no en la parte más profunda”.
Otro aspecto que considera esencial es el estado físico antes de bañarse:
“Si una persona se encuentra mareada, bajo los efectos del alcohol o simplemente no se siente bien, en ningún caso debería entrar al agua. Podría poner en riesgo su vida", subraya.
Cuando se trata del mar, el joven socorrista advierte que los peligros se multiplican. Las corrientes, los cambios bruscos de profundidad y el exceso de confianza pueden ser letales.
“Siempre hay que permanecer dentro del campo visual del socorrista. La gente debe dejar de aventurarse en zonas no vigiladas o peligrosas. Es ahí cuando se producen las tragedias”, afirma.
Desde las instituciones públicas y organizaciones de socorrismo se insiste también en la educación y la concienciación como principales herramientas de prevención. Con simples gestos como respetar las banderas, bañarse en zonas habilitadas y vigilar a los menores, se pueden evitar muchas de las muertes que cada verano enlutan las costas españolas.