Alicante

Francia vuelve a la polémica en torno al uso o no del burkini. Un debate recurrente, extensible al de los diferentes tipos de velos, y que vuelve a ser de actualidad después de que la localidad de Grenoble, con mayoría de Ecologistas, haya aprobado para sus piscinas municipales el uso de trajes de baño de cuerpo entero. O lo que es lo mismo, abre la puerta a usar el burkini, una prenda que empieza a ser habitual en países de mayoría islámica y que en España, aunque aún de manera minoritaria, ya ha suscitado comentarios críticos en redes sociales. 

Y, ¿en Alicante? En la provincia no existe regulación al respecto. Tampoco a nivel autonómico, confirman fuentes de Turisme de la Comunitat Valenciana consultadas. Son los municipios, como ya han venido haciendo algunos de Cataluña, los que se deben mojar en sus respectivas ordenanzas, avanza Hanuda El Fadli Rzigui, presidenta de G-Chime Chicas musulmanas de Elche

"Siempre y cuando sea una prenda de baño que use tela de bañador, no te pueden prohibir entrar a una piscina municipal", responde esta joven. En la mayoría de las ordenanzas se especifica que, por higiene, no se permite el baño con ropa de calle. "A mí alguna vez me han puesto pegas" por usar el burkini, confiesa, "pero les he explicado que la norma lo permite y he podido seguir sin problemas". 

El algo que, por ejemplo, le pasó en las piscinas que tiene el Ayuntamiento de Elche en el barrio de El Pla "hace años". "Al final se te quitan las ganas de ir a piscinas municipales porque es incómodo que te estén mirando todo el rato", se lamenta. 

"Tengo amigas que lo usan, hay quien lleva tanga para bañarse y quien lleva eso", añade Helena Gutiérrez Espí, docente y declarada como "activista contra la islamofobia". Gutiérrez fue noticia en 2017 en este medio tras escribir Arturo Pérez-Reverte una columna en la que cuestionaba el uso del hiyab por parte de maestras.

Ella y otras profesoras musulmanas contratacaron en redes sociales mostrándose con este pañuelo en clase, recibiendo como respuesta del escritor tenía una "empanada mental" por portar "camiseta feminista y pañuelo sumiso". 

Con el burkini, dice esta docente de Elche, "te expones a las miradas, porque no todo el mundo lo acepta ni acepta la decisión que toma las mujeres sobre su cuerpo, sea Chanel en Eurovisión o en una chica en una playa". 

"Mis amigas, a raíz de las polémicas en Francia hace un par de años, tenían miedo de bajar a su urbanización con bañador largo porque no sabían cómo iban a reaccionar sus vecinos", dice Helena Gutiérrez. 

Incidentes en piscinas

A este respecto, Hanuda explica que, como asociación, tuvieron que "intervenir" en una comunidad de propietarios de Alicante ciudad donde se incluyó la prohibición del burkini en la normativa del uso de la piscina. El presidente de la comunidad les llamó y ellas pudieron hacer de mediación hasta que se consiguió que una vecina lo pudiera llevar. 

En cambio, en otra piscina de la provincia, la entrenadora de baloncesto nacida en Marruecos, Zineb Rimi, se encontró con que el socorrista "no dejaba a una chica bañarse con el burkini". Ella, explica, trató de "hacerle entender que no era ropa", pero al final "la usuaria se tuvo que marchar".   

El caso de Zineb es representativo. Nacida "en el seno de una familia musulmana tradicional, muy religiosa", como se puede leer en su web de su proyecto 'la Escuela Zineb Social Basket', esta deportista afincada en Petrer, cuando baja a Marruecos, acude con su bikini a la playa junto con sus seis hermanas, todas con burkini "tapadas de arriba abajo". 

"Es verdad que, por respeto a ellas, yo me pongo o un pantalón o una camiseta de tirantes, pero cuando voy sola a la playa en Marruecos voy con mi bikini sin problemas", asegura. "La clave de esto es que yo respeto a mis hermanas y ellas me respetan a mí", sentencia. 

En contra

No todas las opiniones sobre el burkini son favorables. En redes sociales como Twitter se suceden los comentarios contrarios y, para este artículo, hemos hablado con Ángela Escribano, presidenta de la Escuela de Pensamiento Feminista Amalia Valcárcel, que estos días se ha hecho viral un tuit suyo crítico con Chanel por una "canción que invita prostituirse enseñando el culo".

"Me posiciono en contra total", avanza. "Ponerse esa prenda no es algo que hagan ellas de manera libre", añade. "La lectura que se hace del Corán de impedir que se insinúe el cuerpo de la mujer es propio del machismo más casposo", asegura.

"Además de que no es una prenda religiosa porqué solo lo llevan las mujeres y les impide que sean libres; la mayoría de ellas lo hacen porque no tienen elección cuando yo si puedo decidir dejar de usar los tacones o de maquillarme", sostiene esta valenciana. 

A su juicio, el burkini no evita que, al pegarse al cuerpo en contacto con el agua, "se marque la figura femenina" y "tampoco es cómodo ni higiénico ya que puede derivar en problemas sanitarios porque la piel se queda húmeda y no entra la luz solar", concluye.