Alicante

Y, de pronto, todas las miradas han apuntado hacia Torrevieja. Esta localidad turística está siguiendo con especial interés y preocupación la invasión rusa de Ucrania. Allí juntos, rusos (4.484) y ucranianos (3.203), representan casi el 9% de un censo con un 40% de extranjeros. De hecho, la comunidad rusa de Torrevieja es la única de España que llega a englobar la segunda nacionalidad más abultada, solo superada por los ingleses. 

Bajo este contexto, sobresale la labor que lleva años realizando la asociación local de habla rusa MIR ODIN, centrada en la integración de ciudadanos rusos y ucranianos. Su portavoz, Peter Andrushevich, es un ruso que lleva 25 años afincado en este municipio alicantino. 

En concreto, MIR ODIN pone en valor el idioma ruso, que en Ucrania es lengua materna para un 30% de la población, como herramienta para fomentar la convivencia entre estos dos países vecinos a través de eventos culturales y gastronómicos. 

"A la comunidad que habla ruso le gusta integrarse y respeta la cultura española", avanza Andrushevich. Se trata de una población que, a diferencia de la procedente de otros puntos de Europa como Reino Unido o Alemania, sí acude a este municipio de la Vega Baja a trabajar. 

"Los rusos o ucranianos no tienen problemas entre ellos, ni generan problemas a la sociedad", insiste tras recordar que entre ambas nacionalidades existen familias enteras, maridos de un país y mujeres del otro y viceversa.

"Lo bueno de vivir aquí es que no estamos intoxicados por la propaganda rusa o de Ucrania, a cuyos gobiernos sí les interesa crear conflictos", sostiene este empresario del sector inmobiliario. "Se podría decir que al estar en España estamos vacunados contra la propaganda que no nos llega, así que no hay ese odio y enfrentamiento que se ve en los medios", agrega. 

La invasión de 2014 como prueba 

En 2014, cuando Rusia invadió Crimea, los residentes de habla rusa de Torrevieja "pasamos una prueba" que ponía en entredicho la convivencia. "Y lo hicimos, es cierto que con mucho dolor entre los ucranianos de aquí, pero las relaciones entre nosotros siguieron igual", asume el también vocal de la asociación. 

Tratando de marcar distancias, Peter Andrushevich afirma que "entonces no sentimos que fuera nuestra guerra como no lo sentimos ahora". De hecho, recuerda un dato que deja claro el posicionamiento que no solo tiene él, sino la mayoría de los rusos residentes en España, cuyo último padrón supera los 95.000, frente a los 112.000 ucranianos -solo en la provincia de Alicante ambos suman 50.000-. 

El dato viene de las elecciones presidenciales de 2018, en las que Vladímir Putin volvió a salir elegido con el 76% de los votos. Sin embargo, esgrime Peter Andrushevich, una de las competidoras del exespía de la KGB, la periodista petersburguesa Ksenia Anatolyevna Sobchak fue la más votada por los rusos residentes en España.

"No ganó Putin para la comunidad española, por lo que, para los que vivimos aquí tenemos la conciencia tranquila", sentencia. Sus pensamientos en estos días de escalada del conflicto, aduce, están con ucranianos afincados en Torrevieja que "podrían acabar teniendo familiares víctimas en Ucrania" o, en el otro bando, militares rusos "que se ve obligados a obedecer órdenes".

"Debemos conservar el sentido común y ser razonables, la tarea nuestra, si nos cruzamos por la calle, es sonreír al otro y estrecharle la mano y no esconderla y hacer como que no te conozco", dice este residente ruso. "No es fácil pero es necesaria, es nuestra tarea humanitaria porque de poco sirve que valoremos y descalifiquemos a unos señores que están tan lejos", concluye. 

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