Alicante

Representan una lacra que produce, según los ecologistas, "millones de muertes de animales" cada año (y algunas vidas humanas) y, sin embargo, nadie parece estar muy interesado en ponerle puertas a este 'campo'. 

Esta es la síntesis de una denuncia constante que ha llevado a la entidad Free Fox, nuestros amigos los zorros a recoger firmas para que balsas de riego, canales, embalses, pozos o zanjas "que puedan suponer un peligro para humanos y no humanos, incluyan rampas de salida, escaleras, pasos, materiales antideslizantes en balsas o protección de pozos", entre otros elementos.

Piden, por tanto, la creación y homologación de unos criterios obligatorios en la construcción de estas instalaciones que, en caso de no cumplirse, conlleve sanción. Así, se habría evitado la muerte de "al menos", cuatro zorros que aparecieron flotando en una balsa de riego, a finales del mes de abril, en el Centro de Educación Ambiental de la Comunitat Valenciana (CEACV), perteneciente a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica. La denuncia, que recogió la Asociación para la Defensa de la Naturaleza al Sur de Valencia (Adensva) de un visitante a este enclave es solo, aseguran, la punta del iceberg. 

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Según esta organización, alrededor del 40% de las balsas contraincendios que gestiona la misma Conselleria carecen de rampas para evitar la muerte de fauna. "Estos son claros ejemplos del incumplimiento de las obligaciones desde la propia

administración valenciana en materia de conservación de la biodiversidad", señalan.

Como han venido explicando, estos puntos de agua en mitad de la naturaleza representan para cualquier animal silvestre una posibilidad atractiva de cubrir necesidades vitales. Solo en la Comunitat Valenciana existen más de 3.500 balsas de riego, depósitos descubiertos o canales por donde discurre el agua y en la inmensa mayoría de ellos no existen dispositivos de seguridad. Por lo que, al tener paredes verticales o muy resbaladizas, "les resulta imposible salir y mueren ahogados o atrapados en su interior", señalan. 

Mueren especies amenazadas

Los datos oficiales publicados por la Conselleria revelan "que varios centenares de

animales han sido hallados ahogados" en los últimos años en las tres provincias valencianas, aunque los oficiosos apuntan a muchos más casos. Esta causa de muerte está afectando a todo tipo de especies, incluso las más amenazadas.

Por ejemplo, varias águilas perdiceras radiomarcadas han perdido la vida en los

últimos años por esta causa, "lo cual es una clara muestra de que los ahogamientos

son una importante amenaza para las aves rapaces". También otros grupos de fauna

se ven afectados. "Cabe recordar la dantesca imagen de 18 corzos ahogados en el

canal del Turia durante el período de confinamiento en 2020", y que ya denunció esta asociación.

Una magnitud del problema oculta bajo el agua. Porque a la muerte por ahogamiento le suceden unos días en los que permanece flotando el animal hasta que se hunde y deja de ser visible. Por eso Adensva también reclama un protocolo de revisiones sistemáticas. Esto nos lleva al caso ocurrido en 2020 en una balsa de la provincia de Valencia, en el que se podían observar unos pocos animales flotando, pero una vez vaciada la balsa apareció en el fondo los restos de más de 40 cadáveres de garduñas, zorros, ginetas, tejones, conejos, gatos monteses e incluso aves rapaces. Por ello, esta organización estima que las cifras reales de fauna ahogada en los últimos años podría elevarse a varios miles de ejemplares.

Cráneos de los animales que murieron ahogados y fueron hallados en el fondo de una balsa de la provincia de Valencia.

Vidas humanas

En relación con este problema, y mucho más grave, es la falta de seguridad para las personas que también mueren ahogadas en este tipo de infraestructuras. La ausencia de dispositivos de salida en infraestructuras hidráulicas causa la muerte de

varias personas todos los años. La más sonada últimamente ha sido la del fundador Paredes, la empresa de calzado, el ilicitano José Paredes, de 80 años. Su cuerpo fue encontrado a mediados de junio en una balsa de riego de su finca en Murcia, donde murió ahogado tras caer con su coche, en lo que, según la Guardia Civil que investiga el caso, se trataría de un fatal accidente, 

También se han dado otros casos de personas que han muerto ahogadas intentando salvar a su perro que había caído dentro de una de estas balsas, o de niños ahogados por caídas accidentales. "A pesar de estos dramáticos y repetidos hechos, sorprende que no se tomen medidas eficaces generalizadas para evitar la muerte de fauna y de personas", concluyen los ecologistas. 

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