Alicante

La Vega Baja, esa comarca con siglos de historia y que cuenta con miles de historias, propias de cada hogar y de su gente. Además de tener un dialecto propio y de contar con múltiples paisajes en los cuales disfrutar de la naturaleza se convierte en algo cotidiano, la Vega Baja es, junto a la Región de Murcia, Andalucía y otras partes de la Comunitat Valenciana, una de las zonas que más hortalizas y frutas produce y exporta tanto a nivel nacional como internacional.

Una de las hortalizas que más marcan la identidad de La huertica, como es conocida por sus habitantes, es la alcachofa. El cultivo de esta hortaliza comenzó en los años 60, a raíz de la desaparición de los cultivos de cáñamo, que se utilizaba principalmente para confeccionar telas y ropa debido a su fibra. Tras la sustitución del cáñamo por plásticos y otros tejidos en la industria textil, la comarca buscó nuevas fuentes de ingresos. En este contexto, se plantaron las primeras alcachofas en los terrenos anteriormente destinados al cáñamo. 

Ya en el año 1969 y tras dar las primeras cosechas sus frutos a gran escala, se celebró por vez primera la Gran Semana de la Alcachofa en la cual se convocaron a conserveros, transportistas, agricultores, comerciantes con el fin de promocionar la hortaliza. Una feria que repitió éxito dos años más tarde en la localidad de Almoradí.

Una alcachofa, lista para ser recogida Asociación Alcachofa Vega Baja

Sin embargo, entre los años 70 y 80, el cultivo de alcachofas sufrió una importante caída debido al abandono de campo y la huerta por parte de los agricultores, quienes se dedicaron al sector de la construcción debido al gran auge del sector en aquella época. Un sector que pasó a ser la mayor fuente de ingresos de la comarca, en detrimento de la huerta.

La alcachofa de hoy

En la actualidad, la superficie de alcachofas en la comarca de la Vega Baja supera las dos mil hectáreas que producen alrededor de 25.000 toneladas de alcachofas por campaña, entre noviembre y mayo. Además, la comarca es la principal zona exportadora de toda España y donde se concentran alrededor del 50% de las ventas nacionales de alcachofa en el exterior.

Tras el corte simbólico con el que arranca la campaña de recolección de la alcachofa de la Vega Baja que tuvo lugar el pasado lunes en la Daya Vieja, el presidente de la Asociación Alcachofa Vega Baja del Segura, Antonio Ángel Hurtado ha compartido con EL ESPAÑOL la situación actual de esta hortaliza, la "joya de la Huerta", tal y como destaca.

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Tras la crisis que sufrió entre las décadas de 1970 y 1980, el cultivo de alcachofa remontó y a lo largo de los años empezó a crecer el interés por la producción y promoción de la este esta hortaliza como producto agroalimentario de calidad de la Comunitat Valenciana y como sello de identidad. 

"Hay que hacer valer la buena calidad de la alcachofa". Con esta filosofía y debido al crecimiento que vivió el sector, en 2011, el Ayuntamiento de la localidad de Almoradí, junto con un grupo de empresas del sector crearon la Asociación Alcachofa Vega Baja para promocionar la calidad del producto, divulgar sus cualidades, fomentar su consumo y poner en valor un cultivo de referencia en la zona. Una situación de expansión que ha provocado a lo largo de los años, convertir la Vega Baja en la principal exportadora de alcachofas a nivel nacional e internacional, estando Francia, Italia, Estados Unidos, Reino Unido Alemania y Países Bajos entre los países a los que más exporta.

La recolecta de alcachofas, en una campaña anterior. Asociación Alcachofa Vega Baja

El cultivo de la alcachofa se divide en 2 temporadas. En la primera, llamada primer "colmo", se recogen las hortalizas que nacen de los primeros brotes a finales de octubre, las cuales se destinan principalmente a su venta como producto fresco. En febrero, tiene lugar el segundo "colmo", periodo en el cual se recoge el segundo cultivo de alcachofas, de las cuales 20 % se dedican a la venta como producto fresco y el 80 %, a la industria conservera.

Francia e Italia son dos de los principales compradores de las alcachofas recogidas en el primer colmo, siendo estas más grandes y gruesas. En cambio, países como Estados Unidos, al ser demandantes de conservas, suelen ser cliente del segundo "colmo", a pesar de luchar con la competitividad de otros exportadores como Perú y Ecuador, a cuyas exportaciones no se les aplican los mismos tipos de aranceles al estar en el mismo continente, que España. 

Los desafíos del presente

Sin embargo, Antonio Ángel hurtado, antiguo alcalde de Almoradí, gerente de la empresa de servicios agrícolas Agriauto y presidente de esta asociación, alerta sobre la situación "preocupante" que vive está viviendo el sector en estos últimos años. "Estamos viviendo una serie de dificultades que podría suponer el descenso de un 20 % de la producción anual de alcachofa".

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Una serie de dificultades que el presidente de la asociación divide en dos principales problemas, siendo el primero el del cambio climático: "estamos afrontando veranos cada vez más calurosos, lo que dificulta el correcto ciclo de cultivo de la alcachofa". Unas temperaturas extremas que se suman a la "incertidumbre del agua". Hurtado asegura que la comarca está viviendo una "pertinaz sequía", lo que provoca que el sector se encuentre en un "déficit hidráulico", una situación que ha provocado que muchos agricultores de la zona hayan optado por abandonar el cultivo de la alcachofa.

La alcachofa es apreciada por muchos chefs de alta renombre. Asociación Alcachofa Vega Baja

En este sentido, Hurtado reivindica desde la asociación la necesitad de "recibir ayudas directas para los agricultores, para poder recibir agua de calidad y a precios asequibles".

"Necesitamos mantener la Joya de la Huerta y para ello es necesario que se actúe de forma urgente desde la política", sentencia.