Alicante

José Vicente Fernández (Compromís), alcalde de la Daya Vieja -en la Vega Baja de Alicante- es una singularidad en sí mismo. Primer edil con mayoría absoluta (por 12 votos de diferencia en un municipio de 731 personas) y perteneciente a un partido nacionalista en un municipio y una comarca donde nadie habla valenciano, va protagonizando polémica tras polémica en su mandato. En la última, al líder de "Compromiso" le ha traicionado su carácter poco dialogante.

Y si antes de la pandemia las críticas le llovieron por talar seis grandes sauces llorones con más de 10 años de antigüedad siendo de profesión jardinero y representando a una coalición política supuestamente "verde", ahora la ha liado por no votar una propuesta que su propio grupo llevaba a pleno.

Pleno Extraordinario de Daya Vieja en el que se levanta la sesión sin votar la propuesta. E.E. Alicante

Se trataba de cambiar el nombre al estadio municipal de fútbol, rindiendo tributo a la figura más importante del balompié local: Juanmi Andreu. Lo proponía Compromís y los tres ediles no adscritos que forman la oposición tras dejar Ciudadanos (Cs), no se oponían en absoluto. Pero no se aprobó porque no se votó.

Cambio no legal

Tras el pleno de la tarde del martes, el secretario municipal llamó uno a uno a los tres concejales de la oposición. Les preguntó si podía entenderse que sus aplausos a Juanmi Andreu durante el pleno se podían convertir en el acta como un voto por aclamación

Los concejales de la oposición le han contestado que hasta que no se reúnan próximamente no podrán decidir qué hacer. Llevan más de dos años y medio aguantando las malas maneras de un alcalde que no se merece ningún gesto por su parte.

Y una de esas malas formas han consistido, entre otras cosas, en impedirles de facto la asistencia a los plenos durante la pandemia, convocándolos de manera presencial y en horario laboral (a las 8 de la mañana) durante toda la pandemia. Sobre todo porque dos de ellos son autónomos y otro trabaja por cuenta ajena sin retribución municipal. El alcalde de Compromís dejó la jardinería para cobrar un sueldo público de 31.500 euros brutos anuales por el ejercicio del cargo.

Es más, fue en el momento de recriminarle este hecho el jefe de la oposición, Rafa Vives (exalcalde), cuando Fernández hizo uso de la palabra y luego cortó de raíz cualquier debate levantando la sesión sin votar su propia moción.

Visiblemente molesto por el reproche el nacionalista acusó a los tres concejales de la oposición de haber faltado a su juramento por no acudir a los plenos que él convocaba en horario laboral. "Y con esto levanto la sesión, y una vez levantada la sesión damos la palabra a Juanmi", concluyó el primer edil. Sin la preceptiva votación.

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