Alicante

Con las olas de calor arrasando Europa en 2022, la mitad norte del continente está descubriendo lo que significa no estar preparado para las altas temperaturas. ¿En qué medida afecta eso al turismo de la provincia de Alicante? La patronal hostelera Hosbec recuerda que "son países que no están preparados para el calor", por eso estiman que "en el corto y medio plazo, el calor se aguanta mucho mejor en países como España". 

En Reino Unido, uno de los principales mercados emisores para la Costa Blanca, lo han sufrido los últimos doce meses, con un verano especialmente caluroso. Pese a ello, insisten desde Hosbec, no creen que ese sea el factor que les haga replantearse destinos vacacionales icónicos para ellos como Benidorm.

"Es una realidad, algo que ha venido a quedarse y todos tenemos que adaptarnos", cuenta Nuria Montes sobre el cambio climático. La secretaria general de la patronal turística Hosbec señala además que tanto empresas como ciudadanos "tenemos la responsabilidad de intentar poner todo de nuestra parte para tratar de frenarlo lo más que se pueda".

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Y en la capital turística de la Comunidad Valenciana llevan años haciéndolo y en ese mismo 2022 han dado más pasos para ello. En primavera Benidorm destacaba que se convertía en la primera gran ciudad con un plan contra el cambio climático y antes de terminar el verano aprobaba el programa para reducir las emisiones un 40 %.

Pero lo que hace que la Costa Blanca esté bien preparada para que el turista resista la ola de calor no ayuda a esa reducción, es la implantación masiva del aire acondicionado. Quien haya viajado este verano a Europa lo habrá podido comprobar si ha escogido países del Norte no cuentan con esta refrigeración cuando golpean las temperaturas de 40 grados,. Aquí, en cambio, hoteles y restaurantes sí disponen de ello, "en España hay en todos los sitios", resume Montes. Aunque también con el correspondiente coste de producción por la energía, añade.

Otro factor que juega en contra para la mitad norte de Europa es que no cuentan con las comodidades asociadas al modelo de turismo de las costas españolas. "No tienen esas infraestructuras en las playas", apunta. Y eso será así al menos a corto plazo, según sus previsiones. Lo que sí reconoce es que las "estampidas" que se producían por un inicio de verano con frío en épocas anteriores hacia España, Italia o Grecia "puede ser que se frenen".

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Al aire acondicionado y las infraestructuras añade un último factor muy atractivo para este modelo de turismo, una gastronomía potente a un precio muy accesible. Mientras la oferta en origen siga siendo más cara, "España será tremendamente competitivo". Y eso es otro asunto en el que no cree que haya un vuelco.

Catedráticos como Jorge Olcina, especialista en clima y ordenación del territorio de la Universidad de Alicante, ya han señalado que la ampliación de los días de calor hacen que se extienda la temporada de verano. Eso, según Montes, cree que abrirá "un proceso de adaptación y, quizás, España empezará a cambiar la temporada en el medio y largo plazo".

Para que eso se produzca es necesario que haya disponibilidad de vacaciones y eso considera que se producirá a largo plazo: "Estamos seguros de que las vacaciones ya no se concentren tanto en julio y agosto y se repartan a lo largo del año. Será una sociedad diferente. Y eso afectará indudablemente a la temporada turística".

En ese escenario, Montes subraya que la Costa Blanca y Benidorm "ahora mismo es lo que mejor está preparado para acoger este turismo en la península, junto a Canarias que tienen ahora mismo en invierno la temporada alta". Por delante de otros como Baleares, Cataluña o gran parte de Andalucía.

Y, de hecho, señala que este invierno ya se ha visto que las temperaturas diurnas de la provincia de Alicante y los principales destinos en las islas Canarias "son tremendamente similares". "Y nosotros tenemos una ciudad rodada para trabajar durante el día los 365 días". Eso sí, remarca, son tendencias que ve a medio y largo plazo.