Alicante

Los datos de ocupación del pasado fin de semana en Benidorm indican una recuperación lenta pero firme de la llegada de turistas a las costas valencianas. A pesar del poco peso del mercado británico, tanto el cliente francés como, sobre todo, el nacional, han respondido de manera positiva y han permitido que muchos hoteles y apartamentos cuelguen el cartel de "completo" por primera vez en 18 meses.

Miguel Ángel Sotillos, presidente de la patronal de apartamentos turísticos de la Comunidad Valenciana (Aptur), confirma esa recuperación, pero alerta de que siguen existiendo amenazas a corto plazo. La primera, la cuenta de resultados: "Con una facturación entre un 20 y un 25% por debajo de otros años, está por ver que podamos tener suficientes ingresos para pasar el invierno".

Sotillos explica que el problema no ha sido la recuperación, que "evidentemente iba a acabar llegando", sino todo lo que hay detrás: "Hemos estado 18 meses parado, sin ingresos, casi a cero. Y sin ningún tipo de ayuda: las directas del Gobierno no han llegado todavía y las pymes y autónomos se están topando con un muro con los créditos subvencionados del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF)".

El presidente de Aptur es muy crítico con la política de ayudas de las administraciones, ya que, según asegura, "el 80% de las peticiones se deniegan", en parte por la situación económica que arrastran las empresas que se han tenido que ver obligadas a pedir préstamos para sobrevivir.

En opinión de Sotillos, esto es "un contrasentido, porque es evidente que una actividad como la nuestra es rentable. Lo único que necesita el sector es liquidez hasta que se pueda volver a la normalidad". Todos los apartamentos están abiertos y la ocupación ya roza una media del 90%, pero eso no quita que el sector "esté pendiente constantemente del flujo de reservas".

La última hora

Porque una de las tendencias más preocupantes para los empresarios es el mercado de última hora. Las previsiones se cierran prácticamente a días vista, por lo que los establecimientos tienen que hacer un salto de fe para permanecer abiertos.

Así se ha visto, por ejemplo, con los hoteles de Benidorm, quienes cerraron una ocupación del 85% la semana del 9 al 15 de agosto. Su previsión inicial era siete puntos menos, lo que quiere decir que unas 2.500 camas están en el aire hasta el final. 

En el caso de los apartamentos, existe mucha reserva que luego se anula precisamente por las facilidades que las empresas están dando para que la gente gane confianza y pueda planificar sus vacaciones a pesar de los sobresaltos en las restricciones. Eso se traduce en un arma de doble filo que está complicando, de nuevo, la planificación de la temporada de verano. 

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