Alicante

Son las 11:30 horas de la mañana en la plaza Séneca de Alicante. El termómetro marca 20 grados, y la chaqueta ya empieza a sobrar al sol. Pero María Jesús Casado, la funcionaria de la Generalitat que lleva un mes en huelga de hambre por la precariedad laboral que sufren sus compañeros interinos, prefiere sentarse en un banco al sol. La razón es que aunque mentalmente está muy animada, la falta de nutrientes la tiene destemplada y algo despistada, confiesa.

Hoy, 5 de mayo, se cumple justo un mes justo desde que la administrativa de la delegación de Hacienda de Alicante sobrevive a base de líquidos, yogur y algún consomé que le den fuerzas para seguir trabajando. Bajo el lema Fijeza Ya denuncia las malas condiciones laborales que sufren sus compañeros de trabajo, la mayoría de ellos mayores de 50 años. A diferencia de ellos, ella sí que tiene un puesto fijo en la Generalitat, pero esto no le ha impedido luchar por la causa.

Casado está en la Confederación General del Trabajo (CGT). Este sindicato anarcosindicalista pretende luchar por los derechos de los trabajadores interinos de la administración pública. Ella ha sido la primera persona en empezar esta huelga, a la que ya se han sumado otras compañeras como, Koro Alonso en Donosti, e Irune Sáiz en Bilbao.

Precariedad en el trabajo

María Jesús acusa a la Generalitat Valenciana de haber cometido injusticias en varias ocasiones. En 2012, el Consell de Medidas Extraordinarias redujo la jornada del personal interino y sus retribuciones a 25 horas semanales, según el Decreto Ley 1/2012. “La gran mayoría de los interinos son gente que le está sirviendo al político de turno”, afirma la sindicalista. Añade que conoce casos de mobbing o acoso en el trabajo. “Les metían en el despacho para hablar con ellos y obligarlos a trabajar más si es que querían conservar su plaza”.

Para los funcionarios interinos, la falta de oposiciones es el principal problema que se plantea a la hora de consolidar una plaza. La edad y el ralentizamiento de algunas capacidades son factores que empeoran la situación. “El 70% de los interinos son mujeres. Esto sumado a la carga familiar que muchas de ellas tienen son factores que elevan la probabilidad de seguir como interino de por vida”, informa Casado.

La mayoría de ellos lleva trabajando más de 25 años en la Administración, y les queda poco tiempo para jubilarse. María Jesús asegura que en el área de Conselleria, muchos de sus compañeros tienen entre 55 y 60 años. “Están condenados a la miseria”, añade la administrativa. 

Plazas hay de sobra

En la subdelegación de Hacienda donde trabaja María Jesús se jubila la mitad del personal. “Habrá plazas de sobra para la juventud”, por lo que ese no es el problema. La sindicalista de CGT tiene la sospecha de que la causa de que estén despidiendo a esta longeva plantilla viene dada por el interés de las pensiones privadas y el poder de los gigantes sindicatos. “Prefieren meter a los suyos y perder a los que no son tan afines”, añade. 

Pero la huelga que llevan a cabo María Jesús y otras dos compañeras, ya ha tenido sus primeros resultados. El pasado 22 de abril, el responsable de la Secretaría General de Función Pública, Javier Rueda Vázquez, invitó al sindicato al Senado para poder dialogar. Casado cuenta que también han recibido algún guiño de parte del ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta.

Exigen un plan de choque 

El secretario de Estado les ha prometido que en el plazo de dos semanas tendrán algún documento que garantice un plan de consolidación. La mirada de María Jesús y de otros compañeros está puesta en el 13 de mayo, día que termina el plazo y en el que esperan que se produzca una negociación a favor de la fijeza de los interinos en la administración, o la correspondiente indemnización.

La funcionaria de la Generalitat piensa que seguramente la huelga de hambre se dure todo el mes de junio. Para llevarla a cabo, se ha inspirado en otras huelgas de hambre. “He tomado como referencia la huelga de hambre de Palestina, pero estoy siendo asesorada en todo momento”. “Hasta los 45 o 50 días el cuerpo no corre tanto peligro, por lo que si quisiera dar marcha atrás ahora, sé que no tendría secuelas para mi salud”, expone Casado. La huelga de hambre cuenta ya con un blog y hasta redes sociales propias desde las de donde se puede seguir la causa.

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