Elche

Raíl Martínez está de vuelta. Tras varios meses de silencio mediático y de duro trabajo alejado de los focos, el ilicitano volvió a competir este fin de semana en el Open G1 de París, una de las pruebas más exigentes y prestigiosas del circuito, logrando la medalla de oro en su categoría. Era su primera competición tras los Juegos de Tokio, a los que acudió con la maleta llena de ilusiones y de los que regresó con un sabor agridulce. "Esta victoria ha sido un refuerzo muy positivo en mi carrera", asegura.

El campeón español soñaba en voz alta con el oro en Japón, pero en la primer combate se quedó en la cuneta contra todo pronóstico. "En los Juegos todo tiene más trascendencia. Para mí fue un chasco, pero me lo tomé como una competición más. Como una derrota más", afirma el ilicitano, quien a partir de este miércoles disputa una nueva prueba del circuito, en esta ocasión en Sarajevo.

"Llegué a Tokio tranquilo y confiado. Con buenas sensaciones. Tenía en la cabeza lograr una medalla, pero tenía una lesión en el brazo que, aunque no dolía, intenté protegerme de forma inconsciente y no competí como tenía que hacerlo. Luego remonté, pero ya no fue suficiente", recuerda con nostalgia.

Tras el palo olímpico, Raúl, bronce en el pasado Europeo, confiesa que necesitaba "desconectar un tiempo" para dejar descansar su cabeza y el cuerpo. "Fueron cinco años sometiendo al cuerpo a mucho estrés y llevándolo al límite. Practicamos un deporte de contacto y los golpes se acusan", señala el ilicitano, a quien la victoria en París ha convencido de que a sus 30 años aún está para pelear por todos los títulos.

"Me he demostrado que sigo aquí, con hambre y con ganas de dar guerra. Tenía ganas de volver a sentirme cómodo y competitivo en un tapiz. No era algo que necesitaba demostrar a los rivales, sino a mí mismo", reflexiona.

Nuevo ciclo

La victoria en París coloca a Raúl Martínez de nuevo en la rampa de salida para optar de nuevo a una clasificación para los Juegos en un ciclo más corto, de solo tres años, pero mucho más exigente y estresante, ya que en menos tiempo se disputarán más competiciones, como el Mundial y el Europeo.

"El objetivo para cualquier deportista siempre son los Juegos. En nuestro deporte el torneo olímpico es lo máximo, pero no me quiero obsesionar. Quiero ir paso a paso. Es muy complicado clasificarse. Lo iremos viendo año a año, pero mentiría si dijera que no es algo en lo que pienso", reflexiona.

El regreso de Raúl Martínez coincide con el despertar de una nueva generación de jóvenes taekwondistas españoles, como el también ilicitano Hugo Arillo. "España siempre ha sido una potencia pero es verdad que ahora viene una generación muy buena. Es una buena noticia para todos. Eso quiere decir que para ser campeón de España hay que ser muy bueno. Esa exigencia en tu propio país te acerca luego a las medallas en los torneos internacionales", asegura desde Sarajevo el ilicitano.

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