Cuatro días ha durado el optimismo en el entorno herculano. La derrota en Sevilla (2-0) ha vuelto a desnudar todas las miserias del equipo alicantino a domicilio, donde el conjunto que dirige Rubén Torrecilla es incapaz de sumar.
El preparador cacereño aseguró este verano que había tomado nota de lo sucedido el pasado curso y que el principal punto a mejorar eran los partidos como visitante. Tres meses después, el Hércules, con una plantilla muy superior en calidad y profundidad, está calcando sus números lejos del Rico Pérez.
En el presente curso, el Hércules, otra vez en zona de descenso, ha caído de forma consecutiva ante Ibiza (2-1), Cartagena (2-1), Teruel (2-1) y Sevilla Atlético (2-0).
El conjunto blanquiazul mantiene la inercia con la que cerró la pasada temporada, cuando encadenó cuatro derrotas ante Antequera, Betis Deportivo, Villarreal B e Intercity. A esa serie se suma un empate anterior ante el Ceuta —rival que acabaría ascendiendo como campeón—, lo que eleva a nueve los partidos seguidos sin ganar fuera.
Para encontrar el último triunfo herculano a domicilio hay que remontarse a marzo del pasado año en el derbi provincial (1-2) disputado en El Collao, un campo tradicionalmente poco propicio.
28 años después
Hay que retroceder hasta el otoño de 1997 para hallar una versión tan catastrófica del Hércules como visitante. Entonces, el equipo alicantino, recién descendido de Primera y dirigido por Quique Hernández, perdió de manera consecutiva ante Villarreal (2-1), Albacete (1-0), Las Palmas (3-2) y Ourense (2-0).
Precisamente aquella derrota en tierras gallegas precipitó la destitución de Hernández, quien años después regresaría al banquillo herculano y llegaría incluso a ser presidente de la entidad. Esta mala racha de resultados se rompió en la quinta salida con un empate ante el Xerez (0-0) en Chapín.
Desde aquella campaña 1997-98, en la que el equipo logró finalmente la permanencia sin apuros con David Vidal al frente, el Hércules nunca había protagonizado un inicio tan negativo a domicilio, ya que siempre había conseguido sumar al menos un punto en alguno de sus cuatro primeros desplazamientos.
Ni siquiera en los años de los descensos a Segunda División o categorías inferiores, ni en otras temporadas mediocres en Segunda B o Segunda Federación, el Hércules había alcanzado estas alturas del campeonato con el casillero de puntos fuera de casa a cero.
Paso adelante
Torrecilla, tras la enésima decepción lejos de Alicante, admitió su enfado y decepción por la imagen ofrecida por el equipo. “Hay que dar un paso adelante fuera”, reclamó el técnico extremeño, que esta vez esgrimió como atenuante las tres lesiones sufridas durante el encuentro: Colomina, Sotillos y Unai Ropero.
El drama continúa, ya que la próxima jornada el Hércules visita al Antequera, en el estadio donde comenzó esta pésima racha de derrotas. No hay mejor escenario, posiblemente, para exorcizar todos los demonios que persiguen al equipo a domicilio.
