Alicante

Jugando Juntos tiene un nombre sencillo y bonito. ¿A quién le gusta hacerlo solo? La realidad, según explica la juguetera alicantina Miniland es distinta. Los niños juegan sin conocer a otros de diferentes capacidades y orígenes. Para proponer otras alternativas ya lanzaron su premiada colección de muñecos con síndrome de Down. Y ahora quieren salir de los hogares para crear esos encuentros. 

"La oportunidad de que niños diferentes jueguen es positivo", destaca Victoria Orruño. Como directora de marketing de esta empresa con sede en Onil se ha encargado de organizar con la asociación APSA la que pretenden como serie de talleres infantiles por toda España para fomentar el respeto a la diferencia. Y Alicante es la primera ciudad en la que han iniciado esta serie de encuentros que llaman Jugando Juntos.

"Los niños nos pueden enseñar mucho porque cuando juegan con otros, aprecian la diferencia de manera diferente a como lo vemos los adultos", explica. Los que participaron en este piloto tenían edades entre tres y seis años y cada uno con un origen distinto. En una sala con muñecos y otros juguetes han interactuado durante una mañana grupos que a diario tienen poco o ningún trato. Y a los datos se remiten.

Solo el 2 % de los niños y niñas residentes en España presentan algún tipo de discapacidad, según recogen del Instituto Nacional de Estadísticas. Eso se traduce en  que, independientemente de los buenos porcentajes de escolarización en centros ordinarios, la mayoría de los escolares sin discapacidad apenas tengan contacto con ellos.

Educación socioemocional

"Y la diversidad está en la educación socioemocional", recalca Orruño. De su experiencia saben que los juguetes que fabrican "trabajan las distintas inteligencias del niño". Con eso se refiere tanto a manejarse en áreas como las matemáticas y la lengua como a cuidar la relación interpersonal. Un punto que recalca porque "en la primera infancia los muñecos se usan mucho para juegos simbólicos que desarrollen el lenguaje, establecer hábitos o la empatía".

Ponerse en la piel del otro no es fácil en según qué sitios. Así lo extraen de los datos de la Fundación Ramón Areces que reúnen del Ministerio de Educación y Formación Profesional. En ese informe se indica que el porcentaje de alumnado inmigrante en enseñanzas de régimen general no universitarias apenas llega al 3 %, 3,2 % o 4,4 % en comunidades como Extremadura, Galicia o Asturias, respectivamente.

Su experiencia como empresa que vende más del 60 % de su producción en el extranjero les aporta esa mirada. Una que tiene muy en cuenta la diversidad racial cuando lo trabaja en Estados Unidos o Australia, donde "son los propios gobiernos los que promueven que tengan ese tipo de materiales" en las escuelas. Una vez más, lo que no se ve, no existe. Por eso "tenemos productos que reflejan esa diversidad".

El público lo agradece. Prueba de ello fue el vídeo que se volvió viral en TikTok donde una usuaria mostraba la reacción de su hija al encontrarse a una muñeca que era como ella. En esa colección que les ha llevado recientemente a imponerse en Europa a rivales como Mattel y Lego, Orruño reconoce que al principio tenían dudas de cómo sería la acogida. 

Con el impulso recibido en los premios europeos Jugar por el Cambio (Play for Change) 2021 se quieren lanzar ahora con Jugando Juntos. Y así ayudar a los niños a desarrollar y fortalecer valores como la tolerancia, el respeto o la empatía. Con ello, a su vez, concienciar a la sociedad sobre cómo el trato de los niños con menores de otros colectivos afecta al desarrollo de su empatía y tolerancia.

No es todo un camino de rosas cuando hay colectivos que critican esta clase de valores o que la propia visibilidad de los mismos no es adecuada. "Es importante que haya representación", sostiene Orruño, "y en España hasta la fecha no se ha puesto la mirada en ese tema".

"Lo importante", concluye, "es el ámbito educativo y el valor educativo que tiene más allá de cualquier ideología política". Pensando en la infancia, saben que "la forma más efectiva de aprender es con el juego". Por eso recalcan que "estar expuesto a otra realidades es muy positivo y tanto si representa a ellos o a otro perfil, ya rea raza o condición. En ese sentido, los valores y la parte educativa están por encima de cualquier lectura política que se le quiera dar".

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