Toni, Lara y Gloria son las tres hermanas que crea el premiado autor Víctor Sánchez Rodríguez en Cuatro días, cuatro noches, Valparaíso, su más reciente obra de teatro. Y del escenario las lleva de nuevo al papel de la mano de la editorial Antígona, para mantenerla viva porque "nos encontramos con dificultad para girar en la Comunitat Valenciana".
En un descanso de la formación que está dando en Xàtiva, el ganador de un Max valora esta nueva publicación de su obra. Una adaptación que llega tras la lógica evolución de ensayos y funciones donde se "enriquece y afina" gracias a la interacción con los intérpretes.
Y también tras pasar por el filtro de depuración con que elimina los elementos que no tienen sentido al ser leídos. Como resalta, su objetivo principal es que el libro tenga una "vida para los lectores", además de servir también como material de promoción para programadores.
Al presentarla ahora al público lector, convierte los monólogos de sus personajes en poemas, presentando sus frases como versos. Una elección estética con la que busca conectar con la emoción del momento, ya que "la emoción tiene un ritmo".
Es también una forma con que recuerda que "la narrativa es el enemigo del teatro". Por eso defiende que el teatro está más cerca de la "poesía entendida como economía: decir mucho con poco". Este estilo permite una "locura gramatical" o "inversión de las leyes gramaticales" que expresa la subjetividad de los personajes tras experiencias emocionales impactantes.
Víctor, que también dirige sus textos, concede que al trasladar la obra de vuelta al papel dirige al lector del mismo modo que hace con sus intérpretes. Son informaciones con las que adelanta que sus personajes no siguen una dinámica familiar tradicional, al llamarse a sí mismas hermanas, y para recordar que un caluroso marzo es fruto del cambio climático.
Son una "compañera de viaje" que le ayuda a guiar el mundo de la obra y a "transportar al lector" en un "viaje emocional", trascendiendo su función meramente utilitaria.
Toni, Lara y Gloria son sus tres personajes con el mismo nombre de pila que sus intérpretes en el estreno: Toni Agustí, Lara Salvador, Gloria March. Una decisión con la que ejemplifica que lo importante son sus palabras, no un simbolismo al bautizarlos.
Lo que sí hay es una voluntad expresa de escribir para estos tres intérpretes. "No habíamos trabajado todo un proceso entero y la verdad que sido una gozada", asegura.
Finalmente, Sánchez Rodríguez enfatiza que su proceso creativo implica dejar que los personajes expresen puntos de vista que a menudo difieren de los suyos propios. Por ejemplo, mientras que el personaje de Toni anhela vivir en sitios donde siempre haga calor, el autor confiesa odiarlo.
Su intención es "camuflar" su propia perspectiva para mostrar una "pluralidad de maneras de ver y de vivir la vida", creando así un "fresco de la época" a través de las diversas voces de sus personajes.
Con la obra aún reciente —escrita en 2024 y estrenada en septiembre de ese mismo año—, aún no tiene la perspectiva que le da el tiempo. Pero Víctor sí que apunta que de ella guarda un "recuerdo muy bonito" gracias a que le "devolvía la vida".