Alicante

¿Son más violentos los libros de Carmen Mola o la reacción cuando se descubrió que bajo el pseudónimo había tres hombres? Jorge Díaz, el alicantino entre Agustín Martínez y Antonio Mercero, no duda ni un segundo en reconocer que sus creaciones lo son más. "En las redes sociales ha habido un poco de alboroto, pero en la vida real te aseguro que no hemos notado absolutamente nada". Hasta el punto de que "todo ha sido cariño, amor y satisfacción".

Son emociones que se multiplican porque en su primera gira promocional como autores pueden tener el contacto con los lectores ya a cara descubierta. "Desde el principio, la reacción de la gente que lee la novela, que es la que cuenta, ha sido muy buena", indica Agustín Martínez. En este caso, la promoción de La Bestia tiene que asumir también la parte de la trilogía de Elena Blanco que los lanzó con La novia gitana. "Todo lo que pasó al principio de polémica ha quedado olvidado y ha ido ganando terreno la novela, que era lo que queríamos".

Ese libro es el que le dio el premio Planeta de los récord. Por un millón de euros se destapaba el seudónimo que había triunfado en Alfaguara y se abría paso a La Bestia. De la actualidad al siglo XIX, en su presentación en Alicante han explicado a sus lectores lo que representa trabajar en equipo y la satisfacción por la acogida. "Teníamos ganas de hablar del libro y no de temas accesorios o polémicas que no hace falta que insistamos más en ellas", afirma Antonio Mercero.

Eso frente a otro enemigo. En el Alicante de 2022 las bajas que sufren son muy distintas a las que viven los protagonistas que se mueven en el Madrid de 1834 infestado de la bacteria del cólera morbo. Su participación en las Veladas Literarias de El Maestral se ve afectada por los que están confinados o los que tienen miedo a caer por el coronavirus.

Encontrar el éxito

El fenómeno de ventas que supone Carmen Mola con sus cuatro libros publicados, al que pronto le añadirán otra entrega de Elena Blanco, "no lo estas planeando". Por eso Díaz afirma que "ya nos gustaría poder decir vamos a tener éxito con esta forma de escribir". Eso le lleva a recordar el cómo empezaron a hacerlo así cuando tenían cada uno de ellos una trayectoria por separado.

"Somos amigos, trabajamos juntos habitualmente... ¿Y si hacemos esto?", recuerda. Lo que parecía "una locura" acabó funcionando en las librerías de España. Tanto, que en tres años han vendido cuatrocientos mil ejemplares. Y aún así, "uno nunca sabe lo que va a salir bien".

Cuando vieron la acogida inicial a su propuesta decidieron que "para hacer lo mismo que hacía cada uno individualmente, seguíamos así". ¿Y hacia dónde querían ir? "Descubrimos que en nuestras propias novelas no habíamos podido explorar esa violencia, ese punto de crímenes un poco más sangrientos". Aquello que hicieron "por divertirnos, finalmente ha sido una experiencia feliz".

Mercero, Díaz y Martínez reciben las botellas dedicadas a su creación de 'La Bestia'.

Buscar en la historia

Estos tres años y, especialmente, la pandemia les han llevado por otro camino. "Estábamos dentro de un género y un estilo muy concreto", explica Martínez. En ese salirse de la zona de confort, querían intentarlo con el thriller histórico. "Y la verdad es que nos hemos sentido muy cómodos dentro de la novela. Es bueno proponerse continuamente nuevas aventuras. Unas veces saldrán mejor y otras, peor. Forzando el límite de lo que podemos hacer".

Mercero recalca que "esta novela es hija de la pandemia porque nosotros estábamos confinados cuando empezamos a tramar el siguiente libro". En aquellos días la primera opción que manejaron era arrancar con la cuarta novela de Elena Blanco, la que sí retomaron más tarde. "¿Qué nos pasó? Que teníamos la incertidumbre en nuestras vidas sobre si íbamos a estar encerrados forever y nos empezamos a sentir incómodos con una novela tan contemporánea cuando la actualidad era tan incierta".

La salida estaba en el pasado. Y en una historia tan rica como la de España, "caímos en el siglo XIX, que es especialmente convulso, con un montón de episodios de violencia e ira". Como explica Mercero, "nos parecía que ese era un buen caldo de cultivo para Carmen Mola".

Y ahí estuvieron leyendo hasta que encontraron la matanza de frailes, cuando el pueblo de Madrid se levanta en un ataque de ira contra los curas y mata a ochenta". Además, había otro elemento a favor, la capital también estaba asolada por una enfermedad, la epidemia de cólera. "Nos pareció una casualidad alentadora. Y un poco por casualidad la empezamos a construir". 

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